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Los pequeños de la casa se divierten en la pista de hielo del paseo del Bombé del Campo San Francisco. FOTOS: ALEX PIÑA

El Campo patina sobre hielo en una Navidad primaveral

Disfrutar. La pista y las actividades infantiles del paseo del Bombé centran la atención de ovetenses y turistas, ávidos de estas fiestas

Lunes, 2 de diciembre 2024, 01:00

Patinar sobre hielo requiere de una especial habilidad y si eres niño, no es del todo difícil adoptarla. No obstante, los mayores no pierden durante estos días la esperanza de no caerse de bruces en el Campo San Francisco. Eso sí, mientras no hayas patinado sobre ruedas, que en ese caso es coser y cantar. De todas formas, ha habido un salto generacional entre las personas que ahora rondan los sesenta y los que cumplen los cuarenta. Pues si ahora es habitual que todos los años se instale un pista de hielo cubierta en el paseo del Bombé del Campo San Francisco, hace casi medio siglo, la pista de hielo era permanente en el gimnasio Cecchini, en la calle de Caveda, junto a la iglesia de las Salesas, o también llamada del Sagrado Corazón de Jesús. De aquellos tiempos salieron buenos patinadores que ahora miran desde la grada cómo sus hijos disfrutan como lo que son, niños, subidos a unos patines. Disfrutan de sus hijos patinando y del fresco que hace en la pista, muy diferente al ambiental en la ciudad, que gozó ayer de una inusual mañana primaveral en la que los termómetros superaron los 15 grados centígrados.

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Por la pista de hielo, de unos 500 metros cuadrados de superficie, patinaban ayer sobre todo niños mientras los padres vigilaban desde la grada. Con el sonido de fondo de los villancicos propios de una Navidad para la que aún faltan casi tres semanas, Rodrigo intenta no caerse, mientras sus amigas Claudia, Minerva y Marina, más avezadas en el arte del patinaje, le ayudan y juntos se echan una risas. Tener 13 años es divertido, se patine bien o se patine mal.

Ataviados con guantes obligatorios y con unos modernos patines que han alquilado a la entrada del recinto, los cuatro amigos dan vueltas a la pista esquivando aprendices y marcando estilo. «Venimos todos los años y nos lo pasamos muy bien. Son ocho euros con el alquiler de los patines y la verdad es que no nos parece caro. Ya estuvimos el viernes y hoy repetimos».

Muy cerca, Laura y Emilio, patinan de la mano. A sus 12 años no es que sean novios «ni nada de eso», más bien que así no se caen, apoyados el uno en el otro. «Es la primera vez que venimos y es muy divertido». Bueno, Emilio dice que «estoy más en el suelo que de pie, pero aún así es muy divertido. Volveremos otro día y otros años. Seguro».

En la puerta, Juan Carlos Montes, encargado de la pista y de las atracciones del paseo del Bombé. «Estamos empezando y la gente llegará cuando empiecen las vacaciones y los niños estén más libres. El puente de la Constitución esperamos que sea muy bueno», advierte.

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Mientras tanto, Oviedo patina sobre hielo mientras el otoño primaveral no termina de abandonar la ciudad.

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