Un 'caso Errejón' en Asturias: dimite un asesor de prensa de IU en Oviedo por una denuncia anónima de agresión sexual

Izquierda Unida Federal ha abierto una investigación a través de la Comisión de Cuidados para arrojar luz sobre la denuncia anónima que acusa en redes sociales de un presunto episodio de violencia sexual al asesor responsable de comunicación y prensa del Grupo Municipal de IU-Convocatoria por Oviedo, J. E. F. G. El trabajador y afiliado a la formación política, aunque no reconoce las acusaciones, ha presentado su dimisión y renuncia a todos sus cargos en la agrupación y en el PCA, según informó el partido a través de un comunicado. Este martes no constaba aún denuncia al respecto ni a la Fiscalía ni a la Policía, según las fuentes consultadas este martes por este diario, y el caso se basa en una denuncia anónima a través de la red social Instagram publicada el domingo por la cuenta 'Denunciasasturies'. Un canal creado para visibilizar a las víctimas de la violencia sexual en cualquiera de sus formas tras el escándalo del caso Errejón que suma ya varias decenas de testimonios similares.

IU tuvo conocimiento de estos presuntos hechos poco después de que la citada cuenta hiciese públicas una serie de capturas de pantalla con los mensajes enviados de forma anónima por la denunciante y en los que esta asegura que el hombre intentó agredirla sexualmente durante unas fiestas de San Mateo. «Aunque a día de hoy no nos consta denuncia en sede judicial ni han sido registradas por la organización, los datos de los que disponemos son denuncias públicas, pero con un contenido tan serio que hemos visto la necesidad de actuar de inmediato, dando traslado del contenido colgado en las redes a la Comisión Federal de Cuidados de IU con el fin de que se establezca un procedimiento adecuado», explicó ayer la secretaria de Igualdad de IU, Begoña Collado.

Una comisión, continuó Collado, integrada por expertos en la materia para la elaboración, revisión y supervisión del cumplimiento de protocolos para la actuación en este tipo de situaciones y, por lo tanto, «el órgano competente para analizar este caso», sentenció, sin entrar en otro tipo de valoraciones.

La denuncia es explícita. En ella la mujer se refiere al hombre utilizando el mote por el que se le conoce, aunque con las vocales ocultas para preservar una cierta intimidad. Asegura que fue a casa del asesor, «al que ya conocía», después de estar «tomando mojitos» en San Mateo. «Estaba en un chiringuito y yo creo que ponía más alcohol en los que me daba a mí», detalla. «Yo estaba muy perjudicada y en el ascensor me empezó a sobrar en plan agresivo», añade.

No se queda ahí. La mujer afirma que, una vez en el domicilio, el hombre volvió a manifestar conductas «agresivas» y le dijo que se quería ir a casa. «Él, al principio, fue encantador, diciendo que fuese al sofá, me trajo agua, vino conmigo en plan cariñoso». No obstante, «después volvió a meter mano y le dije que no, entonces empezó a gritar y a dar golpes a la mesa y a las paredes».

Le pidió, relata, «que se calmara y cuando parecía que estaba tranquilo, volvió a venir donde yo estaba, se subió encima de mí para inmovilizarme con su peso; yo me quedé de piedra, luego lo empujé, él se apartó, pero luego dio un golpe en el sofá y entonces me levanté: Salí corriendo y no recuerdo cómo volví a mi casa». A renglón seguido manifiesta que ya no se atreve a acudir a las fiestas de San Mateo ni a las manifestaciones feministas «por miedo a que esté él».

Y es que, según señala, el presunto autor es «un referente feminista» con participación activa o coordinación de proyectos como los premios 'Miradas Violetas' del Movimiento Asturiano por la Paz (Maspaz). «Hasta reparte premios de feminismo con una ONG», asevera la supuesta víctima.

También dice que no ha sido la única que ha sufrido un episodio similar. «Sé que le ha pasado a más chicas, pero hay dos compañeras feministas que lo protegen; además, su hermano tiene un puesto muy importante en el Gobierno de Asturias», abunda, y admite que no se atreve a dar su nombre «porque él ya denunció a gente por dejarle en mal lugar y yo no tengo dinero ni fuerzas para un juicio».

Sobre la identificación de presuntos agresores, la propia cuenta de Instagram lanzó ayer un aviso para usuarios. «Queremos dejar claro que nuestra única intención es dar voz a quien no la tiene o poder dar salida a testimonios que por el pacto de silencio social no pueden darse. En ningún momento tenemos la intención de forzar linchamientos públicos». Es por esto que solicitan a sus seguidores que no realicen señalamientos directos. «Necesitamos el relato de las víctimas, que sean ellas las que hablen; entended que nuestro trabajo está siendo muy complicado».

La intensa polvareda mediática que generó este martes el caso no se midió en reacciones políticas. El portavoz de IU-Convocatoria por Oviedo, Gaspar Llamazares, prefirió guardar silencio, al igual que el gobierno local y el líder del PSOE, Carlos Fernández Llaneza. No lo hizo la portavoz de Vox, Sonsoles Peralta, quien defendió la «presunción de inocencia y la igualdad ante la ley». Dos derechos, denunció, «que las políticas de izquierda y el feminismo radical están dilapidando con leyes que victimizan a las mujeres y criminalizan a los hombres». A su juicio, lo «verdaderamente grave es que una denuncia anónima se convierta en una condena social y arrastre una renuncia profesional; esto ni es igualdad ni es justicia».

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