Cuesta se estrena en las filas populares tras empezar en el PSOE y pasar por Cs

Apenas habían pasado veinticuatro horas desde que comunicara su baja en Ciudadanos, su decisión de dejar el grupo municipal, junto a Lourdes García y José Luis Costillas, y anunciara ante los medios oficialmente, con abrazo incluido, que daba el 'sí' a Canteli, con quien se le ha visto muy cómodo durante todo el mandato en coalición, y se uniría, sin concretar fecha, a la lista del PP para las nuevas elecciones municipales, como número tres.

Una decisión que, según dijo el viernes por la mañana, no le costó tomar en lo ideológico porque «el PP es el dignísimo sucesor y heredero» de las ideas por las que decidió, cuando lo llamaron, incorporarse al partido naranja en tiempos de ebullición, cuando el objetivo era absorber a todo el centro derecha, como aspira ahora su nuevo líder nacional: «El sueño que tuvo en su momento Albert Rivera era el sueño que tiene Feijoo».

Para muchos, el salto del ya exportavoz local y coordinador autonómico de Ciudadanos, «un partido político que no ya no tiene más recorrido», era un secreto a voces, una decisión gestada desde hace dos años, aunque él no lo confirmó -incluso pese a las reiteradas peticiones dentro de Ciudadanos- hasta ahora, con los tiempos muy marcados, cuando quedan menos de cuatro semanas para entrar en campaña electoral: «Ha sido una decisión reflexionada, muy meditada donde había circunstancias familiares, profesionales y políticas», pero le han podido, dijo, «las ganas y la ilusión» de continuar trabajando con Canteli y «mejorar y enriquecer nuestra ciudad».

Cuesta (Manresa, 1972), a quienes sus allegados definen como una persona abierta y con mucha capacidad de diálogo, que como buen abogado maneja bien el lenguaje, se considera una persona de centro. «Siempre he estado ideológicamente en el mismo lugar, en una oposición moderada y sensata». Un centro que primero encontró bajo las siglas rojas, pero «ese PSOE no se parece en nada a este PSOE». Eso ocurrió antes de que fuera elegido decano del Colegio de Abogados de Oviedo en 2015, antes de que recibiera esa llamada de Ciudadanos para embarcarse en esa aventura que ahora toca fondo y abandona. «No es una situación particular de aquí. Ha pasado en muchos territorios y la ilusión se ha desvanecido seguramente por la concurrencia de factores externos y errores propios», justifica.