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La escultura '¡Adiós, Cordera!', de Manuel Linares, ya está ubicada en el Campo de San Francisco, entre el Bombé y el Aguaducho. ALEX PIÑA

La escultura '¡Adiós, Cordera!' ya es una más del Campo

Operarios de Parques y Jardines trasladan la obra de Linares a una de las zonas ajardinadas entre el paseo del Bombé y el Aguaducho

ALBERTO ARCE

OVIEDO.

Sábado, 30 de noviembre 2019, 02:13

'¡Adiós, Cordera!', la escultura del artista Manuel García Linares que hasta el pasado miércoles permanecía expuesta en la rotonda de la plaza General Ordóñez, ya ha encontrado un lugar en el que pastar para siempre, el Campo de San Francisco. Un grupo de operarios de la Concejalía de Parques y Jardines reubicó durante el mediodía de ayer la pieza en una de las zonas ajardinadas del parque, un claro rodeado de árboles entre el paseo del Bombé y el Aguaducho.

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Ésa había sido la intención del autor hace ya casi veinte años: que la escultura formase parte del mobiliaro urbano para que la ciudadanía pudiese interactuar con ella, como ocurre con 'La lechera', de la plaza de Trascorrales o con los asturcones, de Liberbank. Su traslado era una vieja demanda. Por eso, los 'selfies' con la imagen y las fotografías no tardaron en llegar y los paseantes se pararon a contemplar con expectación el momento de su colocación. «Siempre me dio mucha pena verla allí apartada entre los coches; cualquier día, un accidente la podría haber dejado hecha pedazos», afirmó Maribel Méndez, una habitual del Campo que acudió al lugar para «verla más de cerca», según explicó.

«Así es mucho más bonita, se pueden ver todos los detalles y los niños podrán jugar con ella», manifestó, situado al lado de la estatua, Antonio Sierra, otro de los que disfrutaron contemplándola en sus primeros momentos.

La pieza está construida en bronce y fue diseñada por el artista tinetense y colocada en la rotonda frente a la UGT en 2002. En un primer momento, si bien estaba proyectada para pertenecer al entorno escultural del pulmón verde de la capital asturiana, quedó ubicada sobre la glorieta, a la espera de que se realizase el proyecto de pasos subterráneos, ideado por el entonces equipo de gobierno, que nunca llegó a ver la luz, dejando a '¡Adiós, Cordera!' aislada entre el tráfico diario.

Sin embargo, la obra es una de las más aclamadas del autor a lo largo de su trayectoria escultórica, y muestra las figuras de un niño y una niña abrazados a una vaca, en homenaje al famoso cuento de Leopoldo Alas, «Clarín», del mismo nombre. El alcalde del municipio, Alfredo Canteli, ya había afirmado que «es mejor que esté en el Campo para que todos los ovetenses, en especial los niños, puedan disfrutar de ella como se merece», y así «contribuirá a completar de forma importante el patrimonio del Campo de San Francisco».

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