«El futuro del pueblo no es otro que acabar muriendo»
Los seis vecinos que quedan en Veguín de Allá recuerdan con añoranza aquellos años «en los que las calles estaban llenas de gente»
COVADONGA DEL NERO
OVIEDO.
Lunes, 6 de diciembre 2021, 00:42
Desde el centro de Oviedo, cualquiera que quiera conocer Veguín de Allá deberá tomar la salida por la plaza de Castilla, dirección la AS-66 hacia Mieres. Tras conducir unos kilómetros, deberá tomar la salida 40, dirección Tudela Veguín y atravesarlo para, en la calle Paulino Díaz, girar a la derecha y cruzar las vías del tren. Allí, deberá acceder a través de un estrecho puente que sobrepasa el río Nalón y, unos metros más adelante, se encontrará con el cartel que le confirma su llegada a este pueblo.
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«Esta zona es donde nació Veguín», comenta uno de los pocos vecinos que quedan, Miguel Jiménez. De hecho, hace cálculos y cuenta un total de seis. «Hay muchas casas vacías, de hijos de vecinos que se mudaron a Oviedo centro o zonas urbanas», explica Jiménez. Recuerda con cierta nostalgia y añoranza aquellos años, ya del siglo pasado, «en los que las calles estaban llenas de gente y niños corriendo entre las casas».
Su familia cedió parte del terreno de su casa para que se construyera una pequeña plaza, con sus bancos, que a día de hoy permanece, pero sin apenas más vida que la de un perro del pueblo que corretea entre los bancos. «Ya no quedan niños ni familias».
Tanto es así y para Jiménez, «el futuro del pueblo no es otro que acabar muriendo». Entre otras cosas, debido a la Fábrica de Tudela que «va adquiriendo las viviendas que se ponen en venta para ahorrar problemas con los vecinos». Así, según explica este vecino, «poco a poco tendrá todas las casas y así los camiones podrán pasar sin ningún problema». Pero Jiménez lo tiene claro: «Esto ocurrirá cuando yo ya no esté, yo no vendo mi casa».
Aunque son apenas seis vecinos, los fines de semana y en verano «sí vienen algunos más y se ve a mucha gente paseando». El problema viene cuando llega octubre y «la montaña cubre el sol gran parte del día, sin apenas luz natural a lo largo de los días».
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Este vecino, no obstante, no tiene grandes reivindicaciones: «Este pueblo ha evolucionado mucho, en los años 60 del siglo XX era una auténtico barrizal», asegura observando la calle principal, totalmente asfaltada en la actualidad. Sí tratan un problema «grave» cuando llega el invierno y las lluvias. «El caudal del río crece y acaba desbordado por la calle principal del pueblo». Tanto es así que «cuando esto ocurre no podemos salir de casa». Además con la consecuencia del lodo que deja una vez el agua desaparece de Veguín de Allá.
Aunque para eso, sí aplaude la actuación de la fábrica. «Siempre limpian y velan porque los vecinos tengamos el camino limpio cuanto antes porque si no, podríamos estar días quitándolo de la carretera», explica, ya que «necesitaríamos mangueras de alta potencia para poder salir con el coche».
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