La hostelería y el comercio exprimen el verano para afrontar «un invierno muy complicado»
La ampliación de las terrazas y el apoyo a las tiendas de proximidad salvan los dos primeros meses de actividad tras el confinamiento
ALBERTO ARCE
OVIEDO.
Domingo, 12 de julio 2020, 01:06
Ayer se cumplieron dos meses de la reapertura de los locales de hostelería y comercios. Sesenta días en los que el buen tiempo -en lo que a la climatología asturiana se refiere- propició la actividad en las terrazas, con llenos en las horas puntas, y permitió un tránsito controlado, pero constante, en los negocios de proximidad. Por delante quedan ahora otros dos meses que serán «cruciales» para el futuro de la pequeña economía local. «Tenemos que confiar en que el verano nos permita afrontar un invierno que se avecina muy complicado», aseguró el presidente de la junta local de Otea y dueño del Clic Bar, David González Codón.
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«El balance de estos dos meses abiertos es positivo, la gente ha respondido y está cogiendo confianza poco a poco, pero lo que hay que recalcar es el enorme grado de responsabilidad que han tenido tanto clientes como hosteleros a la hora de poner en funcionamiento y respetar las medidas de seguridad que hacían falta para volver a la normalidad», explicó González Codón.
Eso sí, matizó, la clave para lograr unos números «no tan malos como los que se esperaban» es solo una: la modificación de la ordenanza que permitió la ampliación de la superficie de las terrazas: «Fue fundamental». Con ello, relató, también se ha demostrado «que las terrazas no son tan malas» y que «podemos convivir con los vecinos sin molestar». «Se ha visto que se pueden hacer las cosas mejor y que con esto ganamos todos», sentenció.
No obstante, en otras zonas de la ciudad, la medida no fue tomada al gusto exacto de los hosteleros. Desde la Ruta de los Vinos, el presidente de la calle, Edén Jiménez, afeó al Ayuntamiento su «falta de palabra» a la hora de hacer efectivo el proyecto de terrazas de los locales de esta zona de ocio diurno. «En un primer momento, el Consistorio nos permitió extender las terrazas ganando cincuenta centímetros a cada lado de las calles Manuel Pedregal y Campoamor, pero pintaron marcas a treinta y cinco. Esos quince centímetros sí pueden determinar la diferencia», argumentó, para añadir a renglón seguido que «aún nadie nos ha dado ninguna explicación».
Mientras tanto, en la zona de sidras, la calle Gascona, uno de los principales agraciados por la ampliación fue el propietario de Tierra Astur, César Suárez, y la Parrilla, su local de la parte baja del Bulevar, luce abarrotado cada día. «Estamos muy contentos de la acogida que nos ha brindado nuestra gente y los visitantes, notamos el cariño», relató. Y aunque avanzó que «aún es pronto para hablar del invierno, hay que ir mimando el día a día para llegar a lo que entendíamos por la vieja normalidad», algo que, dijo, solo podemos alcanzar «si somos la referencia turística en el mapa gracias a un cumplimiento excepcional de los protocolos anticoronavirus».
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Aun así, a la fiebre inicial por volver a la calle que comenzó el 11 de mayo le seguirá a partir del mes de octubre una vuelta al interior de los locales. Algo que, tal y como aseguró el presidente de la Asociación de Hostelería de El Antiguo, Casto Fano, «llevamos con mucha incertidumbre». «Dependemos al cien por cien de las terrazas, los locales del casco histórico son pequeños y es difícil encajarlo todo». «Iremos viendo, pero el invierno se avecina negro».
«Queda mucho por recorrer»
Al comercio ovetense, estos dos meses le ha servido para aliviar ligeramente la frágil situación tras el confinamiento, y todo «gracias a la gente», celebró el presidente de Comercio de Oviedo y propietario de Harcher, Nacho del Río. «Nos queda mucho por recorrer, dos meses cerrados ha sido una brutalidad, pero la gente se ha portado, los ovetenses y los turistas han apoyado al pequeño comercio». Y esa, prosiguió, además de una política activa de ayuda al sector, «debe ser la dinámica». «Animamos a que vengan a Asturias y a que la disfruten, para así poder salir de esta».
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Para la vicepresidenta de la Cámara de Comercio de Oviedo y directora general de Perfumerías de la Uz, Carmen de la Uz, «mayo fue un mes bueno, con una subida del ticket medio y una respuesta muy buena por parte del cliente. Abrimos antes que las grandes superficies y salimos beneficiados, reforzados», reiteró, mientras en junio «el mercado se ha ido estabilizando» hasta llegar a un punto en el que la «incertidumbre» ha adquirido casi todo el protagonismo. «El comercio local es el que da vida a las ciudades, y ahora cada uno de nosotros tiene que empujar muchísimo y ser rápido para encontrar su sitio, porque lo cierto es que no podemos hacer previsiones a tres meses», lamentó.
En el sector de la moda, «la campaña de invierno ya está sobre la mesa»; y en el de la perfumería, «la Navidad ya está ahí». Por tanto, concluyó De la Uz, «solo queda trabajar día a día, porque lo que sí es cierto es que un nuevo brote nos puede limitar muchísimo».
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En negocios como la sombrerería Albiñana, que dirige Luis Bobes, «si algo ha tenido bueno la pandemia, y solo ha sido una cosa, es que la gente está volviendo a apostar por el comercio de siempre y eso es un verdadero respiro para nosotros», señaló. «Se viene una época complicada, pero estoy seguro de que el público va a responder, tengo esperanza», confió.
El presidente de Commercia Oviedo, Juan Carlos Canteli, lamentó que subsectores como las tiendas de moda de eventos o floristerías «han notado un bajón importante por la falta de celebraciones». La vicepresidenta de los comerciantes de El Antiguo, Toñi Rodríguez, propietaria de la tienda de bisutería Gulpy, concluyó: «La gente está reticente, temen un nuevo confinamiento».
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