José Antonio Quirós| Director y guionista de cine

«Él, como nazi, nunca se ocultó»

–El documental se centra en Auke Bert Pattist, un Waffen SS que huyó tras la Segunda Guerra Mundial y acabó en Asturias. ¿Cómo le conoció?

–Mis padres tenían un restaurante en la cuenca minera. En la década de los 70 había mucho movimiento laboral por la minería, con ingenieros venidos de Países Bajos y Alemania, Pattist actuaba como intérprete e iba al bar. Yo no sabía absolutamente nada, lo veía como un tipo divertido, de chavalín me llamaba la atención por hablar una lengua extraña.

–¿Y cuándo supo su pasado?

–Con la pandemia de pronto tienes tiempo para la lectura, para revisar muchas cosas y rescatar algunos recortes de prensa. Mi madre me lo dijo y empecé a investigar, ahí descubrí que aquel hombre era un nazi. El punto de arranque de la película fue la memoria del niño frente a la figura del adulto, porque él, como nazi, nunca se ocultó, se expuso a la opinión pública.

–¿Era un secreto a voces?

–No sé si has odio la frase 'oir, ver y callar', pues eso se estancó en aquella época; el mirar hacia otro lado era lo normal. De hecho, tuvo hasta tres peticiones de extradición y nunca se cumplieron. Murió en el 2001.

–¿Cómo fue la respuesta del público?

–Hubo alguna, sobre todo en el Festival Internacional de Gijón, donde recibimos el Gran Premio del Público. Hubo gente que me comentó que le hizo pensar, recopilar y otros que decían cómo este pudo 'seguir sin más'.

–Pero tuvo que vivir con la sombra de ello toda la vida.

–Al final sí. Denota que ya hay un momento de desgaste personal, un proceso de bajón, pero nunca de arrepentimiento.

–El documental está en la cartelera de estreno de los Cines Embajadores Foncalada, ¿qué opina del regreso de los cines de barrio?

–Es un paso hacia adelante. Es curioso porque cada vez hay más, las nuevas generaciones están a favor de este tipo de cine y el público adulto vuelve otra vez la sala. Por eso espero que esto se vaya a quedar.