Las dos amigas de David Carragal acudiendo al juicio jose vallina
Juicio por la muerte de David Carragal

«David Carragal era la persona más buena del mundo»

El principal acusado reproduce la patada en mitad de la sala de vistas a petición del jurado en la segunda jornada de juicio por la muerte del maestro pixueto / Las dos amigas que acompañaban al fallecido, ambas enfermeras, han manifestado que después de la caída «poco se podía hacer por él»

alberto arce

Martes, 16 de marzo 2021, 13:19

La agresión del maestro cudillerense de 33 años, David Carragal, manchó la última jornada de las fiestas de La Florida de 2019. El profesor falleció pocos días después, el 17 de junio, tras no poder superar sus heridas. El juicio por su muerte empezó ayer en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial ante un jurado popular. J. C. C., el principal acusado, que reconoció haberle propinado la patada que lo tiró al suelo violentamente, se declaró inocente. En la mañana de este martes, inaugurando la segunda jornada del proceso, las dos mujeres que acompañaban a Carragal, ambas enfermeras, y que le asistieron después de que los tres jóvenes escapasen corriendo tras la agresión, han advertido que «David Carragal era la persona más buena que había en el mundo» y que «nunca antes» se había visto envuelto en una pelea o altercado similar.

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Tras escuchar el golpe del profesor contra el suelo, a la altura del paso de cebra frente al número 58 del Paseo de La Florida, una de sus dos amigas quedó «en estado de shock», ha explicado en respuesta a preguntas del Ministerio Fiscal. «Cuando me acerqué y escuché los sonidos que emitía mi amigo supe que ya poco se podía hacer por el». Tras el impacto, Carragal perdió el habla y la capacidad de moverse, sangraba por las fosas nasales y un oído en abundancia.

En todo caso, el principal acusado manifestó ayer que la patada que tiró al suelo al pixueto fue defensiva y que la lanzó para «apartarle de un empujón con la pierna en la zona del brazo». «Jamás pensé que esa patada pudiese llegar a causarle la muerte», ha sentenciado. No obstante, el jurado popular solicitó esta mañana una prueba más visual de la patada, una reproducción plástica del momento en el que lanzó el golpe que dejó inconsciente a Carragal. El juez se levantó, se ubicó en el centro de la sala de vistas y pidió a los tres acusados que se colocaran a su alrededor como presuntamente lo hicieron la noche del 11 de junio de 2019. J. C. C. levantó entonces la pierna a la altura de la cintura del magistrado bajo la atenta mirada de los dos agentes de la Policía Nacional que lo custodian durante el proceso.

«Escuché que David dijo 'cómo la sigas mirando os voy a rajar'», ha manifestado el ex futbolista llanisco, que por aquel entonces contaba con 18 años. Aquella noche, «después de estar bebiendo desde las 10 de la noche hasta las 4 de la mañana» junto a los otros dos investigados, sus dos acompañantes que se enfrentan a petición de la familia a penas por sendos delitos de omisión del deber de socorro, ha explicado J. C . C., «vi que mis amigos, dos niños, estaban discutiendo con un hombre mayor, y fui para allá».

Después, le propinó la patada. Eso sí, aclaró que «mi intención no era que David cayese al suelo, no recuerdo dónde le di la patada, pero solo lo hice para salir corriendo, jamás pensé que pudiese causarle la muerte». Carragal, en ese momento, cayó al suelo inconsciente, se golpeó en la cabeza y comenzó a convulsionar. Iba acompañado de dos amigas, enfermeras ambas. Según su relato, había recordado el Ministerio Fiscal, los hechos comenzaron después de que los tres amigos se acercasen a ellos pidiendo «gas» y «mechero». Ellos lo niegan.

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En ese sentido, la acusación particular ha manifestado que la fractura craneal de 7 centímetros que sufrió David Carragal fue provocada por la patada y no por la caída. Por lo que solicita para el acusado una pena de 16 años de cárcel y el pago de una indemnización a la familia de 220.000 euros. El Ministerio Fiscal, en ese sentido, considera que el delito no es de asesinato, como interesa la familia, sino de homicidio doloso. Por ello, pide para el llanisco una pena de 11 años de cárcel y el pago una responsabilidad civil de 120.000 a los padres y el hermano del fallecido.

No obstante, la defensa, ejercida por el letrado Gabriel Cueto ha explicado que, en todo caso, el delito debería ser catalogado de homicidio imprudente, de serlo, y al tiempo que solicita la libre absolución del joven J. C. C., aseguraba que la pena máxima a la que podría ser sometido su cliente sería de cuatro años de cárcel.

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El juicio

Aún queda un trecho procesal que se extenderá durante toda esta semana. Deberán declarar los peritos, los forenses, la madre del pixueto fallecido y el resto de testigos. «La clave» del juicio, había manifestado ayer el propio Cueto durante la explicación del escrito de defensa del joven llanisco al jurado, residirá en una cuestión muy técnica: «el contragolpe», que utilizará como argumento para intentar demostrar que no fue la patada la que mató a David Carragal, sino el impacto contra el pavimento.

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