«Si no limpiamos nosotros las cunetas no lo hace nadie»

L'Argomal y La Peñasta se encuentran en una desviación de la arteria principal de Tudela Veguín, la calle Paulino García. Un giro a la izquierda donde el antiguo bar Ortea que lleva hasta el lavadero y, allí, un estrecho camino que sube hacia L'Argomal, donde aún se vislumbran los restos de una antigua tejera.

En esta zona hay unas ocho viviendas que, sumadas a las once de La Peñasta, forman casi una veintena de casas, de las cuales «muchos somos gente joven». Vicen Villarino es una de las vecinas de esta zona rural y reivindica, en nombre de todos, la situación que viven con los desbroces. Una auténtica odisea que lleva viviendo desde hace más de treinta años que reside allí. «Antes venían dos veces al año, esta vez solo han venido una», critica.

Pero la escasez de servicios no es el único problema. Va más allá. «Una vez que desbrozan el camino, dejan todos los restos en las cunetas», indica la vecina. Un problema que se acrecienta cuando «si no limpiamos nosotros las cunetas no lo hace nadie». Con lluvias y heladas, en invierno, las cunetas son inútiles con estos restos. «Acabamos de recogerlo los propios vecinos porque, al final, o lo hacemos o los perjudicados somos los residentes». «Apenas son 150 metros de camino a recoger», se queja.

Además, otro de los problemas que viven los vecinos de La Peñasta, concretamente, es que «no tienen alcantarillado». «Pasa un reguero por la zona de las viviendas y va todo el desagüe», explica Villarino. El problema es que tampoco existe ningún tipo de mantenimiento. «No solo no crean un alcantarillado, sino que tampoco lo mantienen limpio».

Y con la limpieza, «tampoco vienen los barrenderos, por lo que pagamos los mismos impuestos que el resto, pero hacemos los vecinos la mayoría de los servicios»; al igual que la limpieza de los contenedores.

Otro de los grandes problemas, y más ahora en tiempos de pandemia y de realizar todos los trámites de manera 'online', es el tema del internet. «Actualmente todo va por teléfono, pero no tenemos fibra óptica», indica Villarino. Aunque están en la «lista de pueblos que tendríamos banda ancha antes de que finalice el año», los vecinos han perdido la esperanza.

A pesar de las reivindicaciones que pueden tener estos vecinos, Villarino asegura que «son pocas, a diferencia de lugares más grandes, pero las necesitamos para vivir bien». Porque la zona es «ideal» para vivir. «La tranquilidad y la naturaleza son un valor añadido». Aunque la vida social la llevan a cabo en Tudela Veguín, Las Regueras y Oviedo. Aunque «no es un problema, porque lo tenemos todo a tiro de piedra», asegura esta vecina.

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