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Máximo Enrique Gutiérrez Muélledes. Alex Piña

Máximo Enrique Gutiérrez Muélledes, presidente de Fejar y Larpa: «El 60 % de los menores asturianos juega con dinero»

El presidente de dos asociaciones que luchan contra la ludopatía asegura que «en Asturias hay pura dejadez con el juego»

Lunes, 7 de julio 2025, 07:02

Máximo Enrique Gutiérrez Muélledes, presidente de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (Fejar) y de Ludópatas Asociaciados en Rehabilitación de Asturias (Larpa), sabe ... lo que es sufrir en carne propia la ludopatía y reafirma su compromiso de visibilizar lo que considera una adicción en desventaja con otras.

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–¿Cuál es la tendencia actual en cuanto al número de personas que buscan tratamiento por ludopatía?

– Viene siendo un poco la trayectoria de años anteriores, con una tendencia ascendente desde el año 2020. Es cierto que durante la pandemia bajó, entre otras cosas, porque no había juego que jugar, prácticamente ni presencial ni online. Pero desde el 2020 estamos teniendo una trayectoria ascendente que no tiene por qué ser negativa, me refiero en el tratamiento. Quizás es porque hay mucha más información sobre los recursos y, en concreto, sobre Larpa.

–¿Qué peso tiene Larpa en el tratamiento en Asturias?

–En el año 2024 hemos cerrado con el dato de que el 70% de las personas en tratamiento en toda Asturias lo llevan a cabo en Larpa. Creemos que somos lo suficientemente importantes en este sentido como para que se nos dote de más recursos, como siempre seguimos reivindicando. Si no llegamos a más gente seguramente sea por falta de recursos.

–Ustedes realizan una importante labor de prevención en los colegios. ¿Qué datos han extraído de esas charlas?

–Este año, con la colaboración del Principado a través de la Dirección General de Salud, el programa de prevención en los colegios se ha llevado a cabo de forma mucho más numerosa. Hemos dado charlas a entre 1.500 y1.600 alumnos en 2024 y las cifras arrojan datos interesantes. El diagnóstico de posibles jugadores patológicos, teniendo en cuenta que la gran mayoría son menores de edad y lo tienen prohibido, estaría en el 1%. Pero luego hay un alto porcentaje de juego de riesgo que, el 90% de las veces, termina derivando en jugadores patológicos. Estamos hablando de otro 4%; es decir, hablamos de un 5% de los muchachos que juegan que tienen un problema realmente serio de juego.

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–Esos datos sobre los menores son alarmantes, sobre todo sabiendo que tienen prohibido el juego.

–Sí, y estamos hablando de que juega un 60% de los muchachos que hemos encuestado. Es decir, el 60% está jugando con dinero a juegos de apuestas, teniéndolo prohibido, y un 40% no. Por lo tanto, creemos que el porcentaje es altísimo y que las charlas deben seguir y ampliarse para llegar a más gente.

–En mayo pidió en el Congreso de los Diputados una identificación previa para apostar. ¿En qué ha quedado esa petición?

– Ha quedado en meras entrevistas, no se ha hecho nada. Quitando la campaña de prevención que se ha hecho con la Dirección General de Salud, el resto pues quedan en meras entrevistas y nada más. Creemos que hay que darle una vuelta a la regulación, hay cosas que ya se van quedando obsoletas. El juego, además con la entrada en vigor del juego online, que aunque tenga competencias nacionales, está muy emparejado con el juego presencial.

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–¿Cree que la regulación actual se ha quedado obsoleta?

– Hay que darle una vuelta a la regulación, a las distintas máquinas que están existiendo ya en salones y en bares. Hoy en día, en el siglo XXI, el juego que más poder de adicción tiene sigue siendo la máquina tragaperras, junto con los rascas. Y son los dos juegos que menos control tienen. Las máquinas en los salones sí que tienen control, pero en los bares, con la cantidad de establecimientos que hay en todo el territorio español, no. Creo que en el siglo XXI no debería de estar ningún juego sin control y sin identificación. Es el momento de ser valientes.

–¿Cuál es el perfil del jugador que acude a ustedes? ¿Sigue siendo la tragaperras el principal problema?

–En los tratamientos, más del 50% sigue teniendo como juego preferido las máquinas tragaperras. Y además, no nos equivoquemos, las tragaperras no solo son de viejos o de mayores, sino que ya hay jóvenes jugando a estas máquinas. Empiezan en grupo y terminan solos.

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–¿Qué ocurre en Asturias para que no se frene esta situación, cuando en otras comunidades como el País Vasco?

–No lo sé, yo no quiero ser malpensado. Yo creo que es pura dejadez. Se va en el día a día y como el juego, por lo menos, no da mucha lata y sí que da muchos ingresos, pues vamos a ver si esto se va acallando. Mientras las cifras no se disparen o no salga una foto que alarme a la sociedad, pues esto está fenomenal. Y no está fenomenal, para nada. Siempre estoy cansado de decirlo, y no hacen caso: deberían de venir un día a terapia, todos los políticos.

–¿Se sienten discriminados en comparación con otras adicciones como el alcohol o las drogas?

–Sí. Nosotros tenemos una desventaja. Como no se nos nota el deterioro físico, pues no estaremos tan mal cuando se nos ve una cara bien, encima hasta sonreímos de vez en cuando, y la procesión va por dentro. Nada más hay que ver las cifras, por ejemplo, de subvenciones que hay para entidades de alcohol, droga... que creo que asustan. Y las subvenciones nuestras, como puede ser la del Ayuntamiento de Oviedo, que nos dan 2.500 o 3.000 euros al año. Con eso no pago ni un mes de la Seguridad Social. Esas cosas sí que nos chirrían. No puede ser que el 70% de las personas que se tratan en Asturias las tenga Larpa y tengamos de financiación, a lo mejor, el 10% o el 5%.

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–Para terminar, ¿cuál sería su mayor ilusión o el objetivo final como presidente de estas asociaciones?

–La tasa de prevalencia de trastorno de juego en Asturias, que tiene un millón de habitantes, es del 1%. Eso serían 10.000 personas que deberían tener algún tipo de tratamiento. Nosotros al año estamos tratando alrededor de 150 familias. Póngale que el sistema público trate otras 150. Estamos hablando de 300 personas. ¿Dónde están los otros 9.700? El ideal sería que se captaran a la gran mayoría de personas que deberían tener incluso el diagnóstico y que no están ni siquiera llegando a pedir el tratamiento.

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