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El mercadillo navideño del Oviedo Antiguo cerró ayer tras un mes largo de actividad. FOTOS: JOSE VALLINA

El mercadillo navideño del Oviedo Antiguo salva las ventas gracias a los regalos de Reyes

R. AGUDÍN

OVIEDO.

Viernes, 8 de enero 2021, 00:35

El mercadillo navideño del Oviedo Antiguo, situado en las plazas de Porlier y de la Catedral y la calle Eusebio González Abascal, cerró ayer por la tarde sus puertas tras una actividad a medio gas. Unos comerciantes aprovecharon los últimos clientes y otros directamente no subieron la persiana. Entre venta y venta, los vendedores hicieron balance del mes largo de actividad en el que las malas condiciones meteorológicas junto a la pandemia jugaron en su contra, aunque pudieron recuperar algo en la cuenta final de resultados gracias a los regalos de Reyes.

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«Gracias a ese día arreglé un poco el resultado. Hemos vendido este año la mitad que el pasado», evaluó Mirelle Le Gall, quien echó de menos a los visitantes de fuera de Asturias.

Los turistas no pudieron viajar a la capital asturiana durante el puente de diciembre como consecuencia del «cierre perimetral» y tampoco lo hicieron durante los días festivos de finales de 2020. «Ningún día fue bueno, pero ha sido una de las pocas actividades que tuve este año con la pandemia. Desde las navidades de 2019, solo participé cuatro veces en el Fontán y ahora repetí», lamentó mientras que Ana Alba, de Kimu, destacó que le «ha merecido la pena» la participación.

La sede de su negocio está en Gerona y era la primera vez que venía a Oviedo. La víspera de Reyes fue el día con «más ventas». «Hemos soportado mucho frío y, aunque tuvimos goteras, las casetas aguantaron con todo, tanto el viento como la lluvia».

La animación, como los conciertos de balcón organizados por la Fundación Municipal de Cultura a mediados de diciembre, y la situación fue lo que más ha gustado a Luis Sánchez, de Oleum. Lo que más echó en falta fue una cubierta para los pasillos entre las casetas para animar a la gente a visitar los puestos los días con lluvia, pero en general se mostró contento: «Tuvimos un treinta por ciento menos de ventas que el año pasado en La Rosaleda, pero es achacable al mal tiempo. Los días en los que paraba se notaba y había más ambiente», comentó para también decir que el día 5 fue la jornada con «más venta». Ahora, toca recoger el mercadillo navideño. Un año más.

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