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El cadáver de Florentina, 'Tina', de 73 años, fue hallado este pasado lunes entre mucha basura y animales –once perros y tres gatos en unas ... condiciones pésimas– en la vivienda de La Carisa (Oviedo) que compartía con su hijo José, de unos 50 años, quien ha sido detenido y es investigado por un posible delito de homicidio.
Fueron los vecinos del inmueble número 2 de la calle Lucas Rodríguez Pire los que dieron la voz de alarma. Llamaron a la Policía Nacional porque «no veían nunca» a 'Tina'. «Desde antes de la pandemia» no salía a la calle; pero en los últimos tiempos no la sentían hablar con su hijo ni tampoco la divisaban tendiendo la ropa. Una sospecha que, unida a que «el olor –que desprendía la vivienda– era nauseabundo en los últimos tiempos», desató todas las alarmas.
El viernes pasado, agentes de la Nacional acudieron al lugar tras el requerimiento ciudadano y «vimos que había alguna cosa sospechosa». José les impidió la entrada por no tener una orden judicial. El lunes por la tarde, los policías –una vez concedido el mandamiento de entrada por la jueza– regresaron al domicilio y hallaron el cadáver de 'Tina' en un escenario «un poco peculiar», «con muchos animales y basura», explicó este lunes el jefe superior del Cuerpo Nacional de Policía, Jorge Ignacio Moreno. Con la investigación en su primera fase y a falta de la autopsia, no quiso ni afirmar ni descartar si la muerte de la mujer había sido violenta: «Hay que esperar; ahora mismo es difícil discernir la etiología de la muerte», sostuvo.
Mientras José permanecía en los calabozos a la espera de pasar a disposición judicial, los vecinos se mostraban incrédulos sobre el presunto homicidio. Sí eran conocedores que las condiciones de habitabilidad en la vivienda no eran buenas. «El chaval traía a casa todos los perros y gatos que se encontraba y desde hace año había unos olores, nosotros quejándonos... pero no nos hacían caso», explica la vecina Carmen Muñoz.
Doce animales hacinados que nunca salían a la calle. «Él decía que los sacaba de noche, pero era mentira todo». Otras dos vecinas, Nerea y Rubín, lo confirmaron: «No los sacaban nunca, pero escuchábamos a los perros y gatos cómo paseaban por la casa». Desde su vivienda del primer piso han sufrido en primera persona los malo olores: «Cada vez que abríamos la ventana de la cocina que da para su casa, era un olor.., no podíamos abrirla. Sabíamos que algo de esto iba a pasar», cuentan.
Con la entrada al piso, la Policía llamó al Albergue Municipal Perra Lúa para que recogiera a los animales. En un principio, se llevó a los once perros al centro de Siero que «se encuentran en unas condiciones higiénico sanitarias pésimas». El veterinario se dedicó este martes a revisarlos a fondo, «aunque no se teme por su vida».
Rescatar a los tres gatos ha resultado más complejo. Tuvieron que instalar «jaulas trampa, con comida y agua, porque son animales tímidos» y resultó en un principio imposible cogerlos. Este martes, en coordinación con la Policía Judicial, los miembros de la Protectora regresaban al domicilio a por ellos.
'Tina' encontró la muerte en la vivienda en la que había convivido durante treinta años con su hijo. Las condiciones dejaban mucho que desear, al menos en la actualidad. El suelo, según testigos, era prácticamente impracticable al estar lleno de basura. En la cocina, la porquería, dijeron, llegaba a las rodillas.
'Tina' había dejado el barrio de Vallobín para comenzar una nueva vida al lado de su hijo pequeño, José, en esta vivienda de alquiler de Vipasa. Todo parecía normal: «Estaban muy unidos, iban al cine, a Oviedo de tiendas...». Ella era una mujer delgada, coinciden sus vecinos, «muy agradable, muy simpática y que echaba las cartas», el Tarot, en su piso. Él, en cambio, un chaval «más solitario», con aspecto «desaliñado, pelo y barba largos», hippy para otros, y que desde «antes de la pandemia» se le veía siempre solo.
En los últimos días, José, como era habitual, fue al supermercado. Volvía «con su mochila y cargado de bolsas». «Todos los días iba a las nueve de la mañana». Esquivo, no conversaba con ninguno de los doce vecinos del inmueble. Una de las residentes, que llegó al edificio a la par, recuerda charlar con 'Tina' – «aunque ya no la veía desde la pandemia»–, pero nunca con su hijo porque «no se relacionaba». Tampoco trabajaba. «A lo mejor, ella se murió, él se asustó y la fue dejando ahí», opinó. Porque aunque de carácter huraño, nadie le señaló como violento. «La vida es muy dura, muy complicada», agregaba.
Ana, una limpiadora de un laboratorio cercano, insistió en que «cuando ella salía, siempre estaban juntos». «Hace meses», abundó, «que no veía sus manos –tras unos tablones colocados en la terraza del piso– tendiendo colchas y mantas; y eso me extrañaba». El hallazgo del cadáver de 'Tina' ya, en cambio, no le sorprendió: «Ya me parecía...; pero debió ser la naturaleza», intuyó sobre la causa de su muerte.
Un desagradable suceso en una vivienda que siempre tuvo en vilo a los vecinos por los malos olores; el carácter huidizo de José y sobre todo que «a la madre no se le veía nunca y el olor era nauseabundo en los últimos tiempos».
El estudio forense determinará las causas y cuándo falleció. No obstante, fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Asturias aclararon este martes por la mañana que «el cuerpo no se ha troceado», un rumor que corrió como la pólvora entre los vecinos después de que los testigos vieran a los agentes de la Policía Judicial salir con bolsas de plástico negras la noche del lunes.
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