«Tenéis que ser muy buenos y dejadme una galletita para Rudolf»

Papa Noel causa furor entre los niños. Es incuestionable. Y quien no se lo crea solo tenía que haber estado paseando esta mañana de Nochebuena por las calles de Oviedo para darse cuenta. A las 12 del mediodía estaban convocados los más jóvenes en las calles para ver pasar a Papá Noel con sus elfos y sus renos y los niños has respondido por encima de los esperado. El recorrido era largo pero las aceras se han llenado de los más pequeños que, junto a sus padres, miraban con enormes ojos y gritaban a Santa Claus a su paso mientras repartía saludos y sonrisas, muchas sonrisas. E incluso una colección de carcajadas de esas de las suyas.

Papá Noel ha comenzado su periplo ovetense en la calle Antonio Suárez Gutiérrez (enfrente del edificio de Consejerías y justo al lado de la facultad de Geológicas) y allí ha mandado los primeros mensajes antes e que esta noche, de madrugada, se presente en las casas de todos los niños para llevarles los regalos. Primero un mensaje de sosiego: «Estén muy tranquilos porque Papá Noel va a llegar a las casas de todos los niños, aunque no se hayan portado muy allá, porque todos los niños buenos son un poco traviesos y vamos a darles esa felicidad y esa alegría que ellos esperan con ilusión ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad, niños y niñas de esta bonita ciudad de Oviedo!».

Y luego un consejo para esta noche: «Lo que tienen que hacer los niños es ser muy buenos y muy obedientes con sus padres. Dejadme una galletita porque a Rudolf, el reno más mayor que tengo, le gustan mucho las galletas y un poquito de agua para mí. Que los niños vayan a dormir pronto y que sean buenos toda la noche y cuando madruguen, que disfruten de sus juguetes con sus amigos y con su familia y que tengan mucha paz y mucho amor hasta el año que viene que vuelva».

El trineo de Papá Noel, escoltado por agentes de la Policía Local y Nacional y personal de protección Civil, recorrió prácticamente todas las calles del centro de Oviedo desde la zona alta al casco antiguo y vuelta al lugar de inicio. Durante el recorrido las aceras han estado colmadas de niños y padres, sobre todo en la calle Uría, el centro neurálgico y comercial de la ciudad.

A la salida Sheila y Naia, acompañadas de sus padres Aitor Rubio y Alba González, miraban con ojos de sorpresa. Admiración y perplejidad a Papá Noel que las saludaba y les daba la mano. «Le entregamos la carta en la que le pedimos un 'Furbi'. Nos pareció mayor», acertaron a decir las pequeñas.

En la calle Uría, Raúl López Espejo, de 6 años, jaleaba a Papá Noel y se sorprendía de que «no tirase caramelos». De todas formas, sobre los hombros de su padre, Antonio, miraba encantado y le hacía señas a Papá Noel para que le mandara un saludo especial y particular.

La mañana de Nochebuena varios centenares de niños ovetenses han tenido la oportunidad de saludar en vivo a Santa Claus y las caras de ilusión y felicidad denotaban que el esfuerzo de esperar un rato en la acera ha valido la pena.

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