El presunto autor del incendio que arrasó 99 hectáreas del Naranco, a prisión un año después
Las cámaras y el móvil sitúan a J. P. G, vecino de Llanera, «en los lugares de los incendios», dice la magistrada; podría enfrentarse a entre 10 y 20 años de cárcel
El próximo 31 de marzo se cumplirá un año del pavoroso incendio que arrasó gran parte del monte Naranco, obligó a desalojar a un centenar de vecinos y amenazó diversas construcciones. Horas negras para Oviedo. Ayer, casi doce meses después, doce de investigación por parte de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, con la colaboración de la Local, el presunto autor del incendio que arrasó 99 hectáreas del Naranco ingresó en prisión. J. P. G., de 45 años y vecino de Llanera fue detenido el miércoles acusado también de provocar el incendio que se desató aquella fatídica madrugada en la localidad de Andorcio (Llanera), que afectó a unas 8,60 hectáreas.
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La Fiscalía considera que los hechos podrían ser constitutivos de un delito de incendio con peligro para la vida de las personas del artículo 351 del Código Penal, castigado con penas de entre 10 y 20 años de prisión. Sin perjuicio de que esta calificación pueda modificarse a lo largo de la instrucción del procedimiento, el Ministerio Público solicitó su ingreso en prisión provisional al considerar que existen indicios suficientes que apuntan a su autoría, riesgo de fuga y de reiteración delictiva.
Ayer tras pasar a disposición judicial, la magistrada del juzgado de Instrucción número 3 decretó su ingreso en prisión provisional comunicada e incondicional.
Las llamas en el Naranco afectaron en un 50% a masa arbolada de eucalipto, en otro 10% a masa arbolada de diferentes especies y en un 40% a monte bajo. El inicio del fuego comenzó entre las 0.59 y las 1.01 horas, en plena ola de incendios en toda la geografía asturiana. En Oviedo se estableció un índice de riesgo de incendios extremo -nivel cinco-. Las llamas, según el atestado recogido ayer por Fiscalía, causaron peligro a las poblaciones cercanas y un centenar de vecinos de Fitoria y Cuyences tuvieron que ser evacuados en plena noche. El voraz fuego rodeaba sus casas. Los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) no daban a basto.
Tras una larga noche, a primera hora de la mañana, y ante la gravedad de la situación, el Ayuntamiento decretó la fase de emergencia en su nivel 2, desplazando a varias dotaciones de la Unidad Militar de Emergencias (UME) de la base de León. No fue hasta las ocho de la tarde cuando el incendio se dio por sofocado.
La investigación arrancó ese mismo día. Por parte de la Guardia Civil, el Seprona se responsabilizó de los informes sobre las posibles causas del incendio y determinó que fue intencionado. Tras el análisis pericial, según informaron fuentes de este cuerpo del Estado a través de una nota de prensa, establecieron dos áreas del inicio de las llamas, situadas junto a la carretera del Naranco.
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De forma paralela, el Grupo de UDEV III de la Jefatura Superior de Policía de Asturias señaló la hora de inicio del fuego, sobre la una de la madrugada. A la 1.30 horas, las cámaras de seguridad captan al presunto autor descendiendo en su vehículo, un Renault Trafic, de la cima del Naranco. Estas imágenes revelan el «haz de luz» del coche del detenido «próximo al foco del incendio»; después, otras cámaras lo sitúan, antes de regresar a Llanera, en las inmediaciones de la avenida de los Monumentos, en la rotonda Fernández Villamil y en la plaza de las Palomas, donde es identificado gracias a las cámaras de una gasolinera Cepsa; también, en el Centro de Control de Mantenimiento de la autovía, consta en el auto de la magistrada.
A estas pruebas hay que añadir el resultado de los posicionamientos de su teléfono móvil que le ubican «sin duda alguna en los lugares de los incendios causados en la madrugada de autos». Asimismo, llama la atención el comportamiento adoptado por el detenido en la madrugada de autos «porque, al contrario de su comportamiento habitual, no permaneció en las horas nocturnas en su domicilio y mantuvo contacto tráfico telefónico», sostiene la magistrada.
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Los «sólidos» indicios resultan «aplastantes» para apuntar «inequívocamente» a la participación del detenido en los hechos. Por esta razón, los agentes encargados de la investigación le citaron para que compareciese en comisaría donde acudió de forma voluntaria. Allí fue detenido y tanto ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado como en sede judicial se acogió a su derecho a no declarar.
El Ministerio Fiscal solicitó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza; extremo que la magistrada aceptó.
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