«Es un concierto muy divertido donde la gente canta de principio a fin»

-Es una gira muy larga.

-Hemos visitado y revisitado muchos lugares y países. Se trata de un concierto muy divertido donde la gente canta de principio a fin; son canciones clásicas que voy intercalando con otros temas más recientes. Uno de los últimos recitales fue en Murcia y había personas que me decían habían cantado, llorado... Es un concierto para sentir.

-¿Se cansa de cantar canciones como 'Hoy no me puedo levantar', 'Hijo de la Luna' o 'Mujer contra mujer'?

-No, hay ocasiones en las que siento que alguna canción ya no me pertenece tanto y les doy un descanso.

-¿Le ocurre que en las más antiguas ya no se siente identificada con su letra?

-Sí, el lujo de tener un repertorio tan amplio me permite ir cambiando el 'set list'. Además, al final de los conciertos hago peticiones del oyente donde los asistentes al concierto me van pidiendo canciones que cantamos a capella; es un momento muy mágico.

-¿Cómo le hacen esas peticiones?

-Hay gente que ya lo sabe y lo lleva escrito en una pancarta, en una hoja o en su teléfono móvil. Otros me las piden a gritos porque son canciones que todo el mundo conoce. Es cierto que en esta última situación no escucho a todos... Los pobres, a veces, se me desgañitan.

-¿Es complicado intercalar temas tan sumamente conocidos con otros más nuevos que tienen menos recorrido?

-Se mezclan muy bien y se quieren. Hay veces que ya no sé si son canciones de la época Ana o de la época Mecano.

-También son letras cantadas por toda la familia. Pasan de generación en generación.

-El concierto es un encuentro intergeneracional y familiar. Cada vez vienen más niños y al final del show saludo a un grupo de personas. Entre ellos hay muchas mamás y papás que vienen con sus hijos y en estos momentos se ha creado más de una anécdota.

-Cuente.

-El otro día, sin ir más lejos, actué en Valladolid y llegó una pareja con una niña que tenía cinco o seis años y un niño de tres o cuatro. Ella me dio un abrazo como si me conociera de toda la vida y me encanta porque soy muy niñera. Estuvimos un rato hablando y la niña no se quería ir. Me dijo que si iba a jugar con ella; estas situaciones me gustan mucho.

-Ha tocado todos los palos. Actuaciones en directo, televisión, radio,... ¿Con cuál se queda?

-El directo. Si puedo evitarme la pantalla, mejor aunque uno va evolucionando según la industria y la tecnología. Pero yo lo tengo claro. No hay nada mejor que un concierto en directo y la música es para compartirla. Uno hace una canción en un momento y con un significado determinado.

-¿En sus épocas de retiro y de descanso echa de menos los escenarios?

-Uno no echa de menos las cosas hasta que las ve; así estamos diseñados. Cuando descanso me gusta desconectar al máximo, pero cuando piso un escenario pienso cuánto lo he echado de menos.

-Es asidua a Asturias.

-Lo he visitado mucho como turista y me fascina. Los asturianos sois tímidos, pero en las distancias cortas os entregáis mucho y esto hace que los conciertos sean especiales.

-Es una buena definición.

-Viajando tanto se conocen muchos lugares y me gusta mucho hacerlo. Siempre digo que si no me dedicase a la música, me dedicaría a viajar con tiempo. Asturias es un lugar que me gusta especialmente. Ir con el coche y visitar diferentes lugares.

-Oviedo es la última parada antes de volver al extranjero.

-Cruzo el charco y me voy a México, Chile, Puerto Rico y vuelvo a México. Son tres años de gira y este verano lo he dividido en dos tantas, para descansar por el medio.

-¿Seguirá más tiempo con este tour?

-No me gustaría repetir.