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Pimpinela llena de amor y desamor el recinto de La Ería
Más de dos mil personas disfrutan con los conocidos temas del dúo, que agradece «estar en nuestra tierra, en Asturias»
El recinto de La Ería se rindió ayer al completo a los pies de Pimpinela, que se ganó el corazón, con su amor y desamor, de los más de dos mil asistentes al concierto. Entre sus seguidores más acérrimos, Elena Pando, fan del dúo desde hace años. La han acompañado toda su vida, incluso en las citas especiales. «El día que me casé, entré en el banquete de bodas sonando 'La familia' de fondo», contó emocionada. Por eso su regalo de cumpleaños fue la entrada a esta actuación que antes de comenzar, y tras varias horas en la cola con su hermana y sus amigas, ya definió como «un sueño».
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El dúo musical recaló en Oviedo con motivo de su gira del 40 aniversario, un tour que conmemora todos estos años conquistando al público nacional e internacional con sus canciones de alegrías y enfrentamientos de pareja.
Los dos hermanos argentinos, Lucía y Joaquín Galán, declararon recientemente en una entrevista a EL COMERCIO sus ganas de cantar «en la tierra de su padre», natural de Pola de Somiedo, y por tanto, esperaban transmitir este «honor» a sus seguidores asturianos. No defraudaron, aunque el pescado, como se suele decir, ya estaba vendido. Les esperaba impacientes en La Ería desde cerca de las seis de la tarde.
Entre ellos se encontraban también el grupo de amigos formado por Teresa Pacho, Rodrigo Alonso, Lucía y César Andecoche y Loli Lozano. Viajaron desde Santander «expresamente para ver a Pimpinela». «Íbamos a ir a Madrid para verlos, pero salió lo de Oviedo y nos pillaba más cerca», detallaron. Venían a «pasárselo pipa y disfrutarlo muchísimo» con un repertorio de canciones del que era difícil escoger una favorita.
Finalmente, el espectáculo comenzó con un vídeo recopilatorio de sus mayores éxitos desde los años ochenta hasta la actualidad, mientras el público de La Ería cantaba a coro las letras y seguía tema a tema los momentos más emblemáticos del dúo.
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Cuando al fin Pimpinela salió al escenario iluminado por estrellas, a las nueve y media de la noche, el aplauso y el jolgorio les recibió con fuerza al mismo tiempo que empezaban a sonar los primeros acordes de 'Esto no es amor' para seguir con 'Yo que soy' y 'Nunca más'. «Qué bueno es estar en Asturias, en nuestra tierra», trasladaron emocionados, agradecidos también por el inmenso apoyo recibido en sus cuarenta años de carrera. Cuando por fin sonaron las notas de sus temas más emblemáticos, como 'Vivir sin ti no puedo, y 'Me hace falta una flor', La Ería ya acabó de rendirse a sus pies.
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