«Es un símbolo que reúne a Asturias y Latinoamérica»

Aún a hora y media de comenzar el desfile, los primeros grupos ya buscaban el mejor sitio posible en la calle Uría. Uno de ellos era el de Regina Elisabeth Macdugal, Marbella Pavón y la pequeña Keisy Pavón que no quisieron que les pasara lo mismo que el año pasado, cuando llegaron tarde y se quedaron sin sitio. Familia venida de Honduras, Elisabeth lleva ocho años acudiendo sin falta al desfile y Marbella desde que nació su hija, hace dos años. ¿El motivo? Recordar. «El desfile representa las culturas de cada país de Latinoamérica», declaran; aunque Honduras no aparece.

Más adelante también se encuentra una familia de tres generaciones, con Fabiola Centeno, Jessica Patricia Pérez y las hijas pequeñas de esta, Lucero y Tabatha Tenempaguay. Llegadas desde Ecuador hace 17 años, llevan diez sin perderse el desfile. «Es bonito recordar nuestras canciones y costumbres», dijo Centeno; para Pérez, además, lo importante es enseñarlo a sus hijas, «para que lo vean» y conozcan un poco de dónde vienen.

La familia Servin formada por Natalia y Juan junto a sus hijos, Kiara, Logan y Sebastián, opina lo mismo. Venidos de Paraguay, llevan «poco tiempo viviendo en Asturias», aunque destacan que «es importante que los niños lo conozcan, que estén al día». «Con el desfile se aprenden culturas», apostillan.

Compatriota de esta familia, Johanna Llori trae a sus hijas -Antonella Crespo y Ella Vázquez- por el mismo motivo desde hace más de cinco años. Sentadas en la acera desde hace rato para poder ver bajar a las carrozas, Johanna considera que el evento «es una manera de que nuestros hijos, que no conocen la cultura de allá, imaginen al menos lo que hay». Por eso, para ella el desfile «es un símbolo que reúne a Asturias y Latinoamérica».

Fernando Gómez, natural de Ecuador, se mantiene en la misma línea. Acompañado de su familia al completo, no se pierden esta cita desde hace siete años. «Es interesante porque a través de estos eventos mostramos algo de Latinoamércia al público, así la gente europea ve nuestras costumbres». Su mujer, Ángela Rodríguez, añade también que el desfile va en doble sentido, porque «también nosotros conocemos la cultura de Asturias, con las gaitas y los bailes».

Entrando ya en la calle Independencia, Esperanza Suárez destaca con su pequeño grupo infantil llevando la camiseta de la federación de Fútbol de Colombia, país del que llegó hace más de quince años. «Llevamos mucho tiempo viniendo al desfile», dice. Para ella, alegra porque representa muchas culturas y países en un solo evento. «Me siento súper orgullosa de que en Asturias nos acojan como a una más», dijo