Dos sepulturas para obispos en la capilla de Covadonga

Es un privilegio, confirmado por el Derecho Canónico, que los obispos puedan ser enterrados en los primeros templos de las diócesis que han gobernado. Pero es necesario que haya ese lugar para descansar, y por ello el Cabildo de la Catedral de Oviedo ha decidido encargar dos tumbas, cuya construcción arrancó ayer en la capilla de Covadonga. «Vamos a hacer dos sepulturas, para tenerlas preparadas en paralelo a la de Lauzurica, para los obispos de aquí», explica el deán, Benito Gallego. Se refiere a Francisco Javier Lauzurica, obispo (1949-54) y primer arzobispo (1954-64) de Oviedo, allí enterrado. También está en esta capilla San Melchor de Quirós, el primer santo asturiano, y Gutiérrez de Toledo, iniciador de las obras góticas de la Catedral y primer eclesiástico conde de Noreña.

Gallego calcula que la obra costará «unos 20.000 euros» y se ejecutará en un plazo de entre tres semanas y un mes. Hay tres obispos que podrían ocupar una de las sepulturas, toda vez que el sucesor de Lauzurica, Vicente Enrique y Tarancón, descansa en Madrid: el arzobispo emérito Gabino Díaz Merchán; el cardenal Carlos Osoro; o el actual arzobispo, Jesús Sanz Montes.