«La seguridad nacional obligó a abrir las fábricas de armas de Trubia y La Vega»
Roberto Suárez Menéndez, impulsor de recreación del horno alto 'El Volcán' de Trubia ·
«En la recreación participarán más de 50 personas con calesa, caballos, fusileros y la Banda del Regimiento Príncipe»RAFAEL FRANCÉS
OVIEDO.
Sábado, 23 de julio 2022, 02:57
A sus 50 años, este economista trubieco, casado y con dos hijos, acaba de publicar el libro 'Las reales fábricas de municiones gruesas de Trubia ... y de fusiles de Oviedo'. No contento con esta obra magna, ha ideado y se ha puesto al mando de la recreación de la puesta en marcha del horno alto 'El Volcán', un intento fallido de fundir hierro con coque. Un error del que se aprendió a mediados del siglo XIX para poner a la fábrica de Trubia en la avanzadilla tecnológica.
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-¿Por qué una fábrica de cañones en Trubia?
-Carlos IV ordenó al ingeniero Fernando Casado de Torres que buscara un emplazamiento en el norte para construir una fábrica de cañones y para trasladar la fabricación de fusilería del País Vasco porque estaban muy cerca de Francia y el Ejército francés en mitad del siglo XIX hacía incursiones, ya fuera para saquear o para quedarse con territorios. Casado de Torres encontró el emplazamiento adecuado en la unión de los ríos Trubia y Nalón.
-¿Fue una cuestión de seguridad nacional?
-Sí, efectivamente.
-¿Y la de La Vega?
-Eso tuvo más que ver con controlar la producción de fusilería que se realizaba por pequeños artesanos en el valle del río Deba, junto a Eibar. El Reino no estaba contento porque eran privados y si salía un contrato mejor dejaban de producir para el Ejército español. Así que se construyó la fábrica de Oviedo y hubo que convencer a los artesanos vascos para que se vinieran. Vinieron unos 700 trabajadores con un cura que hablaba vasco para confesar a sus mujeres. Aquí se unificó la producción y se comenzaron a realizar fusiles de manera ordenada para el Ejército.
-La fábrica de cañones de Trubia no fue un éxito en un principio.
-Ni mucho menos porque se creó la fábrica para fundir con coque y hacer un hierro más fuerte, pero no supieron hacerlo y volvieron al horno de madera.
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-¿Y cuándo se consigue ese salto tecnológico?
-A partir de 1844 llega a Trubia Francisco Antonio de Lorca y Aguirre que fue el que consiguió hacer funcionar el horno de coque.
-¿Un gran fichaje?
-Por supuesto. De hecho, él también es el que ofrece otro gran avance como es el rayado interior de los cañones de los fusiles.
-¿Y de hí viene la fábrica de La Vega?
-Lorca pide un emplazamiento para construir fusilería y el Ayuntamiento de Oviedo decide expropiar a las monjas benedictinas el convento y sus tierras en La Vega. De hecho, salieron de noche y en un carro tapado porque eran monjas de clausura y se fueron al convento de las Pelayas. El Ministerio de la Guerra reclamó la propiedad y el Ayuntamiento se la cedió. Todo ello bajo la supervisión del General Elorza que era el director de la fábrica de Trubia y lideró la instalación en La Vega. Fue director de las dos fábricas.
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-¿La fundición con coque de Trubia era la tecnología punta de la época?
-Sí, empezaron a fundir con coque algo después de 1850 con dos hornos que llamaron Daoiz y Velarde.
-A partir de ahí la fábrica de Trubia creció...
-La fábrica de Trubia discute el liderazgo en la fundición con coque con una fábrica en Sabero (León), donde ahora se localiza el Museo de la Minería de Castilla y León y con la fábrica de Mieres. Se pusieron a hacer muy buenos cañones hasta la fecha que la fábrica sigue siendo muy puntera.
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-Ahora se ha propuesto recrear el primer horno fallido de coque en Trubia y parece que lo conseguirá el próximo día 30. ¿Por qué se ha metido en este 'enorme lío'?
-Llevo más de 30 años investigando sobre la fábrica de Trubia y los hornos de coque y poco a poco se me fue metiendo en la cabeza que se podría recrear la historia de un error como fue el horno 'El Volcán'. Es una bonita historia de la que he hecho hasta 20 borradores. Por fin, el 30 de julio será realidad en Trubia con más de 50 personas participando.
-¿Lo más difícil fue conseguir la financiación y el apoyo?
-La recreación cuesta unos 29.000 euros y no sería posible sin el apoyo de general Dynamics, Química del Nalón e Industrias Doy.
-Barato no sale.
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-Hay que empezar de cero. Construir el horno alto. Habrá calesa, caballos, fusileros que lanzarán una descarga. Actores, un locutor. Muchos extras, en total más de 50 personas, casi todos de la zona que se han volcado en hacer realidad esta recreación. Yo creo que será espectacular.
-¿Trubia se ha volcado?
-Sin duda. Hemos compuesto un himno que va a cantar Covadonga de la Rúa; el pastelero se ha inventado un pastel que ha llamado El Volcán; se realizará una jornada gastronómica en Trubia, Grado y Proaza, tocará la Banda del regimiento Príncipe de Asturias, actuará Camín de Fierro, de Proaza, se dispararán salvas y explotará un horno de coque.
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-Una jornada para no aburrirse. ¿Qué más se puede pedir para un día de julio?
-Vendrán los alcaldes de Oviedo y Grado, no los de verdad (risas). Hasta un obispo, con su monaguillo, para que bendiga el horno alto. Incluso mineros que traerán carbón a hombros y un carro de bueyes también. Será muy interesante.
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