Sexo: la importancia del lenguaje no verbal

Por una mirada un mundo, por una sonrisa un cielo... escribía Gustavo Adolfo Bécquer, sin saber hasta qué punto tenía razón en sus palabras. Y es que a veces no es tan efectivo decir cómo expresar. ¿Hasta qué punto es importante la comunicación no verbal en las relaciones sexuales?

En el artículo 'Comportamiento facial durante la excitación sexual', José Miguel Fernández-Dols, Pilar Carrera y Carlos Crivelli, de la Universidad Autónoma de Madrid, recogen que recientes estudios que ahondan en el comportamiento sexual humano y su base neuronal encuentran relación entre la excitación sexual y determinados procesos cognitivos y emocionales. Cabe destacar dos fases, incluso tres, en este proceso: el antes, el durante...y el después.

FASE 1: ¿Cómo me comporto hacia mi pareja o parejas sexuales cuando quiero tener sexo?

«Meternos desnudos en la cama, el uno o el otro, incluso a veces los dos, favoreciendo el contacto físico, favorece también las relaciones sexuales. Es una forma maravillosa de comenzar«. »Los olores. Una colonia que me recuerda a cuándo empezamos, a nuestros primeros encuentros sexuales, una loción corporal que le encanta. Solo el uso de estos productos favorece la excitación, por lo que los dos entendemos qué es lo que queremos«. »Las miradas, las sonrisas, tocarlo de una determinada manera, sin ser explícita pero...buscarlo, decimos nosotros«. Unas respuestas que vienen a confirmar que el lenguaje no verbal, a la hora de buscar un contacto sexual, es un arma muy potente, ya no solo a nivel gestual, sino también utilizando armas de seducción que no necesitan un explícito «¿lo hacemos?».

FASE 2: ¿Cómo afectan mis gestos, mi expresión a mis relaciones?

El disfrute del otro, de los otros, favorece el aumento de la excitación, algo para lo que no es tan necesario el lenguaje, sino la gesticulación, los movimientos corporales, incluso signos como la aceleración de la respiración, las contracciones de diferentes órganos de nuestro cuerpo, el aumento de los latidos por segundo.

Fase 3: El después

«A veces con un orgasmo es suficiente para mí, luego me visto, me duermo, me ducho...hay muchas formas de indicar el final de ese encuentro sexual». «Si queremos más, basta con quedarnos un rato hablando, beber agua, pero sin perder el contacto, quedarnos desnudas, haciéndonos caricias, descansamos y seguimos. Es una cuestión de piel, de estar a gusto».

Muchos testimonios coinciden en que la actitud posterior al sexo dilucida fácilmente si ha sido un encuentro suficientemente satisfactorio o si queremos más. Cuestión de miradas, de gestos, o como cantaba Vanesa Martín, cuestión de piel.