La esencia del circo podrá verse en Gijón

Entre el jueves y el domingo, el circo de toda la vida se hace hueco en el patio de butacas de un teatro, el de la Laboral. Puede que le falte el sabor añejo de la carpa, pero a 'Circlássica' sí que le acompañan todos esos ingredientes que han conformado la historia moderna del más difícil todavía. En 2018 se celebró el 250 aniversario del circo moderno, que nació en 1768 cuando a un oficial de caballería del ejército británico se le ocurrió mostrar números ecuestres en una pista redonda de doce metros. Lo que llegó después fue un universo visual y creativo que ha recorrido continentes, que se ha instalado en edificios suntuosos y bajo carpa y que ha atrapado y conquistado a audiencias planetarias y a grandes como Piccasso o Chaplin. Pues bien: a esa historia del circo apela la aventura de 'Circlássica', que busca rendir homenaje a todos esos nómadas del arte con magia y belleza.

Ha cosechado buenas críticas y el aplauso del público esta propuesta estrenada el pasado año que ahora gira y que incluye actuaciones como las del Dúo Ebenezer, que brinda un 'Adagio acrobático' protagonizado por dos jóvenes artistas cubanos que juegan con el equilibrio, la agilidad y la coordinación. Un clásico del circo, como lo es también el funambulismo, presente en escena a través de José Muñoz, que es quien se pasea por el alambre para susto, nervio y deleite de quien mira con sorpresa. Los malabares están representados por el trabajo de un bielorruso de nombre Pavel Evsukevich, que desde los seis años se las ingenia para ejecutar vuelos y equilibrios imposibles con objetos lanzados al aire. Un arte antiguo y hermoso, como lo es el universo de los payasos. Cuentan que los primeros 'clown' del circo moderno fueron los jinetes cómicos que hacían sus números en los descansos de los ecuestres en aquel circo del oficial Astley; hoy adquieren notoriedad absoluta y en 'Circlássica' están representados por Ale Hop, compañía española con tres décadas en el noble oficio de hacer reír.

Las acrobacias regresan al escenario con Arte Algo, un dúo de españoles que practica la báscula coreana, una disciplina circense tradicional que consiste en la ejecución de saltos sobre una plancha. También es acrobacia lo que hace Tatiana Zeghlova, una rusa que domina la técnica del aro aéreo, más actual y sorprendente que el tradicional trapecio fijo, pues tiene forma circular y permite al ejecutante girar. Flexibilidad y fuerza se dan la mano en una danza que derrocha plasticidad. El cuadrante, que es otra forma de acrobacia aérea, lo ejecutan en escena Olavo Muniz y Marcela Collares. Falta solo en la lista de números el que juega a la fuerza y el equilibrio con los Marton Brothers, unos italianos que hacen de la elegancia y la lentitud en la ejecución bandera. Todos los números se realizan durante las dos horas, con descanso, que dura un show, con una estética muy cuidada con toques dalinianos.