La viceconsejera de Turismo, Graciela Blanco, la consejera Berta Piñán y Andrea Suárez, secretaria técnica de la Consejería de Cultura, en la comisión de Cultura. JUAN LLACA

Primera bronca en el Parlamento por el uso de la llingua por parte de la consejera de Cultura

La presidenta de la comisión pidió a Piñán que desgranara su programa en castellano tras las protestas del PP y Vox y después de consultar a los letrados de la Cámara

ÓSCAR PANDIELLO

OVIEDO.

Miércoles, 2 de octubre 2019, 01:12

Tenía todas las papeletas para convertirse en la comisión más bronca y polémica de las que se han celebrado hasta la fecha en la Junta General y, finalmente, así fue. La primera toma de contacto de la titular de Cultura, Política Llingüística y Turismo, Berta Piñán, con los diputados de la oposición en la Junta General mostró a todas luces el abismo que separa en dos bloques a los representantes de los asturianos en relación a la oficialidad del asturiano. Y esta brecha ya se evidenció desde el primer momento, cuando Piñán tomó la palabra para explicar el programa de su Consejería en asturiano. Algo que PP y Vox rechazaron de inmediato. En cuanto Piñán comenzó a hablar, la diputada del PP, Gloria García, pidió la palabra por una cuestión de orden. Dijo que no la entendía y pidió intérpretes.

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El diputado de Vox, Ignacio Blanco, fue más allá argumentando que no tenía sentido levantar «barreras» en un Parlamento en el que todo el mundo se entendía en español. Al contrario que los populares, Blanco se opuso a que hubiese intérpretes, algo que consideró un absurdo. De hecho, dijo que si la consejera seguía hablando en asturiano pedía permiso para ausentarse y que luego volvería a realizar las preguntas a la consejera en inglés «que seguro que lo entendemos más». La presidenta de la comisión, Lidia Fernández, pidió un receso para consultar con el equipo jurídico y finalmente instó a Piñán a presentar su programa en castellano. Un extremo «humillante», según Piñán, que acató sin embargo instantes después para explicar su programa en este idioa. Las tensiones evidenciaron que, pese a estar todavía lejos en el tiempo, la campaña electoral del 20-N ya asoma en el horizonte y los partidos comienzan a marcar sus posturas en los asuntos más controvertidos de la agenda nacional y asturiana.

Más allá de la polémica inicial, la llingua centró buena parte del discurso inicial de la consejera y del debate posterior. En este sentido, Piñán afirmó que durante la legislatura se abordará el debate de la reforma en el estatuto de autonomía. «Trabajaremos en un propuesta realista, acorde con la situación sociolingüística asturiana y sus necesidades. Se basará en la no imperatividad, en el consenso y en una implantación progresiva. Es una herencia de nuestra historia que debemos proteger», afirmó.

A la hora de plantear medidas concretas, Piñán anunció la puesta en marcha de un Consejo Asesor de Política Llingüística, que se pondrá en marcha en los próximos meses, y que será «representativo» de la sociedad asturiana. Otra de las prioridades pasará por el estudio y revisión de la toponimia tradicional y el impulso de la llingua en los medios de titularidad pública. El director general de Política Llingüística, Antón García Fernández, añadió ante una pregunta de la portavoz de IU, Ángela Vallina, que esperan tener su modelo lingüístico preparado para después del verano de 2020 con un desglose concreto de gastos e ingresos derivados de esta oficialidad.

El marco de la Ley de Uso

Al malestar de PP y Vox se sumó posteriormente Ciudadanos. El portavoz del partido naranja en la comisión, Armando Fernández Bartolomé, lamentó el «ruido» generado en la comparecencia de la consejera en torno a la llingua. «No es bueno para su tarea de Gobierno. No creo que le beneficie, ni a usted, ni a la cultura, ni a la lengua asturiana. Estamos en contra de que se use la lengua como ariete del nacionalismo», afirmó. Según subrayó, su partido no está en contra del impulso al asturiano, pero siempre dentro de la Ley de Uso.

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Por el otro lado, tanto Podemos como IU mostraron su descontento por no permitir a la consejera expresarse en asturiano. Los portavoces de ambos partidos, en cambio, sí pudieron hacerlo ya que el reglamento de la Cámara recoge que «los diputados podrán utilizar el bable en el ejercicio de sus funciones parlamentarias». «Es intolerable ver como la Junta se convierte en una especie de Estado paralelo donde, invocando el reglamento de la Cámara, se salta el Estatuto de Autonomía y la Constitución. Se coarta la libertad», afirmó Rafael Palacios, de Podemos. Ángela Vallina, portavoz de Izquierda Unida, reconoció la especial «simpatía» por el nombramiento de Piñán antes de criticar que «lo que ha pasado hoy aquí, despreciando nuestra llingua, no es tolerable y no tiene precedentes».

En nombre de Foro habló Pedro Leal, quien reconoció, por una parte, que el «patrimonio lingüístico es una parte irrenunciable de nuestra cultura. Su desarrollo, sin embargo, tiene que ir de la mano de la Ley de Uso. «Nos parece inadecuado es que se utilice el asturiano para confrontar», concluyó.

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