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La líder de Aliança Catalana, Silvia Orriols, en un mitin E.P.

El aumento de la extrema derecha castiga a Puigdemont por partida doble

Vox y Aliança Catalana llegarían a sumar 25 escaños en el Parlament, según la última encuesta del CIS de la Generalitat

Cristian Reino

Barcelona

Lunes, 11 de agosto 2025, 00:21

El independentismo ha querido ver brotes verdes en la última encuesta del CEO, el CIS catalán. Es lo de siempre. Según se mire, el vaso ... pues estar medio lleno o medio vacío. De un lado, el secesionismo se aferra a que en la banda más baja de la estimación de escaños, la mayoría absoluta de izquierdas, formada entre el PSC, ERC y los comunes y que respalda al actual Govern de Salvador Illa, podría estar en peligro. Además, el apoyo a la secesión se recupera por primera vez en un año y medio y reduce ligeramente la distancia respecto a los que rechazan la separación, que siguen siendo mayoría (52% frente a 40%).

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Podría deducirse, por tanto, que la caída ha tocado fondo. En el entorno de Junts y su líder, Carles Puigdemont, intentan asimismo elevar la moral apuntando como tercer aspecto positivo que la mayoría absoluta nacionalista, que se ha registrado en Cataluña de forma ininterrumpida entre 1984 y 2024, no está tan lejos de volver. Los partidos secesionistas podrían llegar a sumar 64 escaños, a solo cuatro esta vez de la mayoría absoluta, según el CEO de la Generalitat del mes de julio.

Hasta ahí llegan las noticias optimistas para el independentismo. Porque en el desglose de esos hipotéticos 64 diputados es cuando el secesionismo se topa de bruces con la cruda realidad y se le aparecen los fantasmas. Para que el nacionalismo pudiera acercarse a la mayoría absoluta en el Parlament, que está situada en 68 escaños, Junts, ERC y la CUP tendrían que sumar los diputados de la extrema Aliança Catalana de Silvia Orriols.

Supera a la CUP y los comunes

Esta formación ultra, islamófoba e independentista tiene actualmente dos parlamentarios, pero podría llegar a dispararse hasta los once. Su escalada para pasar a la zona media de la clasificación en la Cámara catalana, junto al PP y Vox, superando a la CUP y a los comunes en número de asientos, se está produciendo en las encuestas a costa de Junts.

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Los problemas se le acumulan a Puigdemont. Porque Aliança Catalana no solo le roba el electorado más radical en lo identitario, sino que desde el CEO apuntan que también le está pescando votantes moderados de lo que antes era Convergencia. Junts tiene que cuidar el flanco derecho, y elevar el tono en materia de seguridad e inmigración, pero también el sector nacionalista de centro que tenía más consolidado.

El alza de la extrema derecha soberanista perjudica a Carles Puigdemont porque pierde apoyos (podría pasar de 35 escaños a 28 en solo un año de legislatura). Pero también porque le puede condenar a la oposición mucho tiempo. Y es que ni ERC ni la CUP estarían dispuestas a sumar sus diputados con los de la extrema derecha para formar una mayoría nacionalista liderada por los postconvergentes. Y sin Aliança Catalana, el bloque secesionista está a día de hoy muy lejos de reverdecer viejas alianzas para llegar al Govern. Salvando las distancias, es lo que le ocurre al PP en el Congreso. Si suma con Vox, no puede contar con el PNV y Junts, pero si prescinde de los de Abascal, no le salen los números.

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La única con dos fuerzas de ultraderecha

En la última encuesta del CEO, la extrema derecha sale reforzada en Cataluña, la única autonomía que tiene en su Parlamento dos fuerzas de ultraderecha. Aliança Catalana se prepara para su despegue definitivo en las próximas municipales y autonómicas y hasta busca sede en Barcelona para el desembarco en la capital catalana. Vox, mientras, es quien puede aprovecharse del cada vez mayor desencanto de la sociedad catalana con la política. De 11 diputados podría llegar a 14 y alcanzar al PP. El 20% de la población catalana estaría en disposición de cambiar su voto y apoyar a formaciones de extrema derecha. Y solo el 53% ve bien la aplicación de cordones sanitarios a los ultras.

El último CEO plantea la siguiente pregunta: ¿Qué partido está más capacitado para resolver determinadas materias? Para los seis problemas a resolver (orden, seguridad, convivencia, desigualdad, crecimiento económico y las relaciones con el resto de España), la primera opción es «ninguno». Para los catalanes, el principal problema que hay en la actualidad es la vivienda. Pero el segundo es la insatisfacción con la política y el tercero y el cuarto, la inmigración y la inseguridad. Ahí están pescando Aliança y Vox, que aunque son opuestos en lo identitario, se roban mutuamente votantes. Entre ambos, podrían llegar a sumar 25 escaños, sobre un total de 135 en la Cámara catalana.

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