Corrupción, la mancha de la democracia

Filesa, los GAL, Ibercorp… Pero si una imagen se asocia a la corrupción de los gobiernos de Felipe González en los años 80 y 90 es la de su director general de la Guardia Civil, Luis Roldán, en calzoncillos en mayo de 1994. Aquel caso tiene algunas similitudes con el de Cerdán, Ábalos y Koldo: un vínculo con Navarra (Roldán, aragonés de nacimiento, había sido delegado del Gobierno en la comunidad foral), la participación de prostitutas en el escándalo y sobre todo, el cobro de comisiones ilegales. Roldán acumuló un botín de 1.700 millones de pesetas (más de diez millones de euros) provenientes de los fondos reservados y de mordidas por adjudicaciones para la construcción de cuarteles de la Guardia Civil y de cárceles, entre otros contratos. La historia tuvo un final todavía más rocambolesco que el de la trama de Cerdán (salvo algún giro de guion de última hora). Su fuga de España en abril de 1994 y su detención en Laos diez meses más tarde marcaron el final de los casi 14 años de Gobierno de Felipe González, que se certificaría en las urnas en 1996.

«Ustedes tienen un problema y se llama 3%». El 24 de febrero de 2005, esta frase de Pasqual Maragall hizo temblar los cimientos del Parlament. El entonces president de la Generalitat, arrinconado por un derrumbe en las obras del metro del Carmel en Barcelona, se defendió de las críticas de Artur Mas poniendo voz a lo que todo el mundo en Cataluña intuía, pero nadie se atrevía a pronunciar: que los gobiernos de Convergència i Unió cobraban una comisión del 3% en las obras públicas. La derivada más importante fue el caso del Palau de la Música, que sacó a la luz el pago de comisiones de la constructora Ferrovial a CDC a través de la institución cultural. El 3% fue, además, el fin del llamado 'oasis catalán' y abrió la puerta al 'caso Pujol', que sentará este noviembre en el banquillo al expresident de la Generalitat y a su familia.

El mayor caso de corrupción en la historia de España, por la cuantía del dinero defraudado, por el número y la importancia de los implicados y por la cantidad de juicios que obligó a realizar, fue el caso de los ERE de Andalucía. Según las investigaciones de los tribunales, por lo menos 679 millones de euros se desviaron de las arcas públicas para favorecer a empresas y sindicatos vinculados con el PSOE entre los años 1980 y 2018. La Audiencia Provincial de Sevilla condenó a 19 cargos políticos de la Junta –entre ellos, los expresidentes socialistas José Antonio Griñán, a seis años de prisión, y Manuel Chaves, a nueve de inhabilitación– y la sentencia fue ratificada por el Supremo. Pero en una polémica decisión, el 16 de julio de 2024 el Tribunal Constitucional anuló las condenas de Griñán, que en cualquier caso, no había entrado en la cárcel por motivos de salud, y de Chaves.

Desde la llegada de la democracia a España, en 1978, la Casa Real parecía una institución intocable para la justicia. Pero esa situación de privilegio cambió radicalmente con la explosión del 'caso Nóos', una trama que involucró a Iñaki Urdangarin, yerno del rey Juan Carlos, y a su esposa, la infanta Cristina. A partir del 'caso Palma Arena', el juez José Castro comenzó a investigar en 2010 a la Fundación Nóos, que con Urdangarin como presidente desviaba fondos públicos hacía empresas privadas que dirigían él y su socio, Diego Torres. Urdangarin fue procesado por nueve delitos y Cristina de Borbón, por presunta cooperadora en dos contra la Hacienda Pública por fraude al fisco en los años 2007 y 2008. La infanta no fue condenada, pero sí su entonces esposo, sentenciado a 5 años y 10 meses por malversación, prevaricación, fraude, delitos fiscales y tráfico de influencias. Ingresó en prisión en junio de 2018 y obtuvo la libertad total en abril de 2024.

La denuncia de José Luis Peñas, un concejal de a pie del PP de Majadahonda (Madrid), desató el caso de corrupción más importante en la historia de los populares. El empresario Francisco Correa, cuyo apellido traducido al alemán, 'Gürtel', dio nombre a la investigación, fue el cabecilla de una red de sobornos, blanqueo de capitales, fraude fiscal y tráfico de influencias que involucró a administraciones gobernadas por los populares en muchos lugares de España y que sirvió para financiar campañas electorales del partido a través de comisiones, además de para lucrar a una serie de personajes vinculados al mismo como Álvaro Pérez Alonso, apodado el Bigotes, Pablo Crespo o Arturo González Panero (el Albondiguilla). Pero el gran protagonista de 'Gürtel' acabó siendo el gerente y tesorero del PP desde 1990 hasta 2009, Luis Bárcenas, que en la sombra manejaba la contabilidad B del partido, con la que se pagaban sobresueldos a altos cargos. Los 'papeles de Bárcenas' marcaron los años de Gobierno de Mariano Rajoy y fueron la razón que esgrimió el líder del PSOE, Pedro Sánchez, para encabezar en junio de 2018 la moción de censura que acabó sacando a los populares del poder. «La sentencia de la Audiencia Nacional sobre el 'caso Gürtel' no admitiría más salida que la dimisión inmediata del presidente del Gobierno en cualquier democracia equiparable a la nuestra», dijo Sánchez en aquella sesión parlamentaria.