'Escándalo Errejón': el juez ultima la causa antes de decidir si lo procesa por agresión sexual
Las diligencias están casi finalizadas tras testificar el viernes dos psiquiatras que trataron a Mouliaá en octubre de 2021 y vieron «daño psicológico»
M. Balín / M. A. Alfonso
Madrid
Domingo, 26 de octubre 2025, 00:06
El 24 de octubre de 2024, la ya convulsionada política española se vio sacudida por el terremoto de la renuncia de Íñigo Errejón por las ... acusaciones anónimas de mujeres contra él por comportamientos sexuales impropios. La salida forzosa de quien fuera fundador de Podemos y Más País (hoy limitado a Más Madrid) y, después, portavoz en el Congreso de Sumar, cristalizada en un comunicado en el que decía haber llegado «al límite entre el personaje y la persona», sacudió singularmente a la izquierda, que veía caer a un dirigente que había hecho bandera de la igualdad, y pareció asomar al país a su propio 'Me too'. Doce meses después, Errejón sigue apartado de la escena pública –apenas una fugaz reaparición en un acto en Madrid el pasado 27 de septiembre por el 50º aniversario de los últimos fusilados por el franquismo–, mientras aguarda al fin de la instrucción de la solitaria denuncia presentada ante la justicia por presunta agresión sexual. La de la actriz Elisa Mouliaá.
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Un año después de que un juzgado de Madrid abriera esa causa penal contra Errejón, la investigación está a punto de llegar a su final, según avanzan fuentes conocedoras de la misma. El instructor, Adolfo Carretero, tomó este viernes declaración a dos psiquiatras que atendieron a la denunciante de su depresión en el momento de los hechos investigados, en octubre de 2021. Ambos apreciaron «daño psicológico compatible con agresión sexual».
Tras esta comparecencia, el juez ya no tiene pendientes nuevas diligencias de prueba. Solo reproducir las testificales de los organizadores de la fiesta en la que supuestamente el imputado se propasó con la denunciante sin su consentimiento. Por lo tanto, Carretero se centra ahora en analizar todas las evidencias acumuladas en estos doce meses de instrucción antes de tomar una decisión sobre Errejón.
Superado ya el trago de un posible expediente disciplinario por su polémico interrogatoria a la perjudicada, el magistrado solo tiene dos caminos: transformar las diligencias previas abiertas el 29 de octubre de 2024 en procedimiento abreviado –similar al procesamiento– al apreciar indicios de delito para juzgar al expolítico de 41 años o, de lo contrario, archivar la causa de forma provisional al no ver relevancia penal en los hechos.
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Las fuentes consultadas se decantan por que el procedimiento llegará al plenario; es decir, continuará hasta la fase de juicio oral para volver a analizar la prueba incriminatoria o de descargo realizada hasta la fecha en el juzgado y permitir que las partes aporten otra nueva. Antes de llegar a este horizonte procesal, será la Audiencia de Madrid la que respalde o rechace la decisión final que adopte el juez en los recursos de apelación que con toda seguridad presentarán las partes personadas.
Sobre la última diligencia practicada, las testificales de los psiquiatras que atendieron a Mouliaá, fue la defensa del propio Errejón quien recurrió el rechazo inicial del juez a su comparecencia. Los especialistas elaboraron un informe médico aportado al sumario sobre la salud mental de la denunciante, de 36 años. Un documento «de relevancia» que además fue mencionado en el atestado que elaboró el doctor José Cabrera, encargado de examinar a la actriz.
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El psiquiatra de parte declaró en junio que Mouliaá estaba medicada la noche de los hechos, lo que a su juicio pudo influir en su percepción al combinarse los antidepresivos con alcohol. Además, afirmó que atraviesa un trastorno de estrés postraumático por este episodio, ya que sufrió «una situación de abuso» y lo vivió como «un verdadero atentado contra su intimidad». «No es una mujer particularmente inteligente, no es muy ágil mentalmente», afirmó el perito para defender que no existen motivos espurios en la denuncia a Errejón. «No tiene sentido montar esto para sacar un lucro económico o por despecho», infirió.
«No es una mujer muy ágil mentalmente», afirmó el perito de Mouliaá para defender que no hay causa espuria en su denuncia
Este testimonio ha sido muy relevante, según las fuentes consultadas, que también contraponen algunas testificales favorables a Errejón. Una de las organizadoras de la fiesta aseguró que la actriz «llegó a decirle que lo que había pasado» con Errejón «no era un delito». Otro testigo relató que contactó por correo electrónico con el expolítico tras enterarse de la denuncia porque le parecía injusto de lo que se le acusaba. «No vi nada fuera de lo normal», admitió el declarante.
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La «bomba nuclear» política
Y mientras el caso vela armas en el terreno judicial, en el político las organizaciones que integran Sumar aún intentan recomponerse de lo que calificaron entonces como «una bomba nuclear». Todavía hoy pronunciar el nombre del que fuera el portavoz de la bancada magenta genera incomodidad. Y ello a pesar de que acontecimientos como la trágica dana de Valencia, que dejó más de 200 muertos menos de 12 horas después de la comparecencia «más difícil» de Yolanda Díaz en el Congreso para pedir perdón y reconocer que Errejón «no tenía que haber sido ni diputado ni portavoz» de Sumar, y el devenir de una legislatura en la que una sacudida se superpone a la anterior han contribuido a relegar el escándalo a la trastienda.
Todavía hoy pronunciar el nombre del que fuera portavoz de Sumar genera incomodidad en la bancada magenta
Algunos partidos como IU y Más Madrid –pese a verse interpelado, como la propia Díaz, por su posible permisividad ante el machismo de quien era un referente de la izquierda– aprovecharon la marcha de Errejón para pedir «cambios profundos» en el equilibrio de poderes en un espacio en el que la marca Sumar ya se encontraba en retroceso. El partido de la vicepresidenta segunda, que había dimitido en junio de la dirección por los malos resultados en el ciclo electoral, tenía previsto celebrar la segunda asamblea de su historia en diciembre, pero se vio obligada a cancelar la cita por la crisis. Errejón, repudiado ya, iba a ser el encargado de la ponencia política. Sumar pidió perdón, pero circunscribió su responsabilidad a fallos en los «mecanismos de prevención y detención».
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