Los ganaderos asturianos: «Que Garzón deje de hacer el ridículo»

El presidente de IGP Ternera Asturiana, Rubén Fernández, acusó ayer al ministro de haber realizado unas declaraciones que demuestran «una ignorancia absoluta». De tal modo, se ofreció a presentarle las granjas en las que trabajan para que conozca su funcionamiento «y deje de hacer el ridículo delante de toda España». Asimismo, añadió que tiene la sensación de que Alberto Garzón no ha tenido ninguna experiencia en el campo y que «se inventa datos sin tener en cuenta las consecuencias tan negativas que pueden acarrear para el sector». De hecho, confía en que los ciudadanos no le hagan caso, «porque afirmaciones de ese tipo pueden conducirnos a una ruina más que inmerecida, aunque me tranquiliza que este hombre no tenga ninguna credibilidad».

Ante el aluvión de críticas, el propio ministro de Consumo trató ayer de matizar sus palabras. «Lo que decimos no es que tengamos que dejar de consumir carne, sino que tenemos que hacerlo a los niveles que recomienda la ciencia, entre 200 y 500 gramos semanales. En España hoy se consume más de un kilo», apuntó el titular de Consumo.

Naturalmente, la desautorización por parte de la clase política a Alberto Garzón ha sido bien recibida por el sector agrario que se siente atacado una vez más por el titular de Consumo. «Cada día tengo menos dudas, está contra nosotros. Nunca nos apoya en nada y cada vez que habla, arremete contra el sector», lamentó Mercedes Cruzado, secretaria general de COAG, que exigió conocer la fuente de la que se han extraído esos datos que «esperemos que no, pueden tener consecuencias económicas».

De ser así, serían muchos los afectados tal y como recordó la Asociación de Industrias Cárnicas de Asturias, Asincar, ya que «el sector factura 100 millones de euros anuales y que cuenta con más de un centenar de empresas que da empleo a 1.200 trabajadores directos, con todo lo que eso supone».

Tampoco Geli González, secretaria general de Asaja, ha podido justificar de modo alguno las declaraciones de Alberto Garzón. «No se trata de matizar, sino de pedir perdón por unas afirmaciones que no son ciertas y que nos señalan directamente. Tiene que tener en cuenta que es un representante público por lo que debe medir al máximo sus palabras», comentó. Asimismo, le recordó a Garzón que hay otros elementos más contaminantes «con los que no actúa».

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