PP y Vox se enzarzan por el «machismo» de Abascal en su cruzada contra Guardiola
El líder ultraderechista sugiere un relevo de la candidata para negociar un posible acuerdo postelectoral y Feijóo le avisa de que «nuestros candidatos no son marionetas»
Primer día de campaña electoral en Extremadura y primer choque entre PP y Vox, que recrudece la guerra abierta entre ambas formaciones a dos semanas ... de que se abran las urnas en esta comunidad. Los populares elevaron este viernes el tono contra la derecha radical por el «tufo machista» de Santiago Abascal que se desprende de la entrevista concedida al diario 'Hoy', donde insinúa que el acuerdo entre las dos formaciones para que los populares retengan la Junta sólo llegará si María Guardiola deja de ser el referente del PP en este territorio. «Si no es capaz de alcanzar un acuerdo con Vox que suponga un cambio de rumbo para Extremadura, pues el PP tendrá que decidir si pone a otro candidato», apuntó el dirigente voxista, que acusó a la presidenta autonómica de no tener «cintura suficiente» como para entender que «si no tiene mayoría absoluta tiene que negociar con otras fuerzas».
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La primera en responder fue la propia aludida, quien nunca ha escondido su falta de sintonía con Vox. Ella fue la más reticente de todos los dirigentes territoriales del PP en firmar un pacto de coalición con los de Abascal tras las elecciones de mayo de 2023. Incluso hubo una ruptura inicial por su negativa a dejarlos entrar en su Ejecutivo, a lo que acedió finalmente tras la mediación de la dirección nacional del partido «Ese tufo machista del señor Abascal se lo podía quedar un poquito en su casa», estalló Guardiola durante un acto en Cáceres.
La presidenta regional que ha gobernado en minoría desde que Vox rompió en el verano de 2024 con todos los Ejecutivos autonómicos del PP, precipitó el adelanto electoral ante la imposibilidad de sacar adelante por segundo año consecutivo los presupuestos autonómicos. Guardiola rechazó de plano las propuestas de la extrema cderecha para negociar su voto a las cuentas, que reclamó la derogación de la ley LGTBI de Extremadura, la eliminación de ayudas a la Igualdad y del registro extremeño de sanitarios objetores al aborto o la «reintegración» de inmigrantes a sus países de origen. «Yo, desde luego, solo me rindo al interés de Extremadura y de los extremeños», reiteró este viernes, sacudiéndose las presiones de Abascal para forzar un acuerdo poselectoral.
Guardiola cuenta con el respaldo total de Feijóo en su particular batalla contra Vox, que no dudó en salir en defensa de su dirigente autonómica y cargar contra Abascal que se dedica, señaló, a poner a «candidatos prefabricados» desde Madrid. «En el PP no es posible caciquear con candidatos prefabricados decididos por una sola persona», lanzó contra su rival el líder nacional, que defendió que el suyo es «un partido de Estado» donde sus candidatos «no son marionetas que movemos con hilos».
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Abascal respondió a las críticas del PP asegurando que sus afirmaciones «no tienen nada que ver con la condición sexual» de Guardiola. «Tienen que ver únicamente –aseguró durante un acto en Montijo– con que ha condenado a los extremeños a unas elecciones que eran innecesarias, porque había unos pactos que nosotros habíamos ofrecido en toda España».
Gobernar «sin tutelas»
En Génova dan por descontada la victoria de Guardiola e incluso una mejora sustancial de resultados, por encima de los 28 escaños obtenidos hace dos años. Pero ninguno de los sondeos conocidos hasta ahora dibuja la posibilidad de que la candidata conservadora consiga la mayoría absoluta que ansía para no volver a depender de la extrema derecha. Sin embargo, sí coinciden en un crecimiento robusto de Vox, que llega incluso a duplicar los resultados obtenidos en 2023, con un PSOE a la baja, muy lejos de cualquier opción de recuperar al poder en esa comunidad.
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Feijóo ratificó este viernes a Guardiola, como la candidata que tiene más posibilidades de ganar y formar un Gobierno estable «sin tutelas». «María Guardiola no tiene que depender de nada ni de nadie salvo de los votos de los extremeños y del conjunto de los ciudadanos de Extremadura. Y es que Extremadura marca agenda y no recibe instrucciones», afirmó el líder del PP, que recordó a Abascal que cuando uno se presenta como candidato lo hace para gobernar, «no para impedir que el que gane gobierne».
El objetivo del PP pasa por consolidar el vuelco político en Extremadura, un feudo histórico del PSOE, y para ello miran a su izquierda. Especialmente, al voto femenino que puede estar descontento con la deficiente gestión que ha hecho Ferraz de las denuncias por acoso sexual contra Paco Salazar. Una estrategia similar a la que lanzaron tras conocerse los audios que contenía el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil entre José Luis Ábalos y Koldo García repartiéndose prostitutas en un momento en el que el PSOE luchaba por capitanear el movimiento feminista en España. «Extremadura no quiere saber nada de aquellos que desprecian a las mujeres», arengó Guardiola el jueves antes del inicio oficial de la contienda. Toda una declaraciñón de intenciones.
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