El Senado se suma al Congreso y exige la dimisión de la ministra de Igualdad

Los populares tampoco dieron cuartel a Ana Redondo en la Cámara alta. La acusaron de crueldad con las víctimas y de mentir por negar que los dispositivos fallaban. «Estas pulseras funcionaban cuando se implantaron en 2009, pero a día de hoy ya no lo hacen», afirmó la senadora conservadora Nidia Arevalo. Y fue más allá al responsabilizar a la responsable de Igualdad de ocultar durante dos años los avisos de alarma que llegaron al Ministerio desde distintos órganos judiciales que, según el PP, se vieron forzados a dictar el sobreseimiento de causas por las lagunas que presentaban los dispositivos en el traslado de datos al juzgado. «Era difícil superar a su predecesora Irene Montero como peor ministra de Igualdad de la democracia, pero usted lo ha hecho», espetó Arevalo a la ministra a modo de conclusión.

En su defensa, Redondo se ciñó al guion establecido por el Gobierno nada más revelarse las deficiencias en las pulseras. La ministra aseguró que estos dispositivos, ahora en entredicho y que serán sustituidos a partir de mayo siguiendo el proceso ordinario, salvan vidas a diario y que ninguna mujer a la que se ha concedido su protección ha sido asesinada. «El sistema no solo funciona sino que es un referente internacional», destacó la titular de Igualdad. A pesar de ello incidió en que su departamento ha iniciado una investigación para evaluar posibles responsabilidades de Vodafone, la empresa adjudicataria de las pulseras. Como ya hizo en el Congreso la Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Redondo pidió perdón a las afectadas: «Reitero las disculpas por el ruido generado en torno a su seguridad, que solo añade más inquietud y miedo a una situación que ya es lo suficientemente dura a diario».

La ministra detalló que las pulseras recogen al día 30.000 geolocalizaciones que luego son comprobadas por los responsables del sistema para certificar que los agresores no quebrantan las órdenes de alejamiento que pesan sobre ellos. Su único fallo se produjo durante la migración de datos de la anterior adjudicataria, Telefónica, a Vodafone. Fue en ese momento cuando se produjo el retraso en el envío de informaciones a los juzgados pertinentes aunque Redondo negó que afectase a los procesos.