El respaldo de Ciudadanos a los presupuestos de Barbón abre una nueva fisura en el partido

Las aguas en Ciudadanos bajan revueltas. La decisión del partido de allanar la tramitación de los primeros presupuestos del Gobierno de Adrián Barbón renunciando a presentar enmienda de totalidad y votando en contra de las registradas por PP y Vox ha abierto una nueva fisura en el seno de la formación. La estrategia adoptada por el grupo parlamentario, y trasladada al comité autonómico sin que ningún miembro manifestara públicamente discrepancia alguna, ha levantado ampollas en un sector de la organización más proclive a mantener distancias con el PSOE. Las críticas internas llegan, principalmente, desde la agrupación ovetense, con mucho peso en la organización interna del partido y con capacidad para provocar fuertes tensiones. Incluso dentro del grupo parlamentario. A nadie se le escapa que Ciudadanos gobierna en coalición con el PP en el Ayuntamiento de Oviedo.

Los máximos dirigentes de la formación niegan públicamente cualquier discrepancia con respecto a la estrategia política adoptada por el grupo parlamentario y buscan proyectar una imagen de unidad y consenso total. Así, el secretario de Organización y diputado autonómico, Sergio García, esgrimió que en la reunión del comité autonómico no hubo voces críticas en relación a la negociación presupuestaria y apuntó que existe margen aún para mejorar unas cuentas que, reconoció, no son las que hubiera elaborado la formación naranja. También José Luis Costillas, secretario de Comunicación y concejal en el Ayuntamiento de Oviedo, entiende que la inversión prevista en las cuentas socialistas para la capital es insuficiente, pero asegura que existe «apoyo total» a la estrategia adoptada por el partido y por el grupo parlamentario.

De puertas para dentro, sin embargo, el grado de tensión se eleva por momentos. Existen mensajes internos muy críticos con el acercamiento al Gobierno de Adrián Barbón y también por lo que se considera desde este sector un «mal acuerdo» con los socialistas. La presión ejercida por el alcalde de Oviedo, el popular Alfredo Canteli, así como por la portavoz del grupo parlamentario popular en la Junta, Teresa Mallada, acusando de «facilones» a Ciudadanos y vaticinando su «hundimiento» no ha hecho más que soliviantar a los críticos.

Los ánimos en Ciudadanos están caldeados y es más que probable que este sea su estado natural en los próximos meses. La formación naranja en Asturias siempre ha estado divida entre un sector más partidario a acuerdos con el PP y aquel más propenso a hacerlo con el PSOE. Las tensiones internas entre unos y otros podrían estar avivándose por el inminente congreso de esta formación, fijado para el mes de marzo. Un cónclave para definir la estrategia y el nuevo líder nacional, después de que Albert Rivera decidiera dar un paso atrás tras la debacle electoral del pasado mes de noviembre.

Las diferencias internas en Ciudadanos Asturias quedaron nuevamente reflejadas en el Consejo General celebrado el pasado sábado, donde el diputado asturiano Armando Fernández Bartolomé presentó a título personal una batería de enmiendas al reglamento precongresual. Fueron rechazadas por mayoría aplastante y no contaron con el respaldo del resto de los consejeros asturianos. Ignacio Prendes, alineado al mismo sector que Fernández Bartolomé, no acudió al Consejo General. Entre las enmiendas defendidas por el parlamentario asturiano estaba una iniciativa para que el congreso debatiera sobre el ideario del partido, así como para que la votación se hiciera de forma presencial o para aumentar la participación incrementando el número de comisarios. Ninguna de ellas salió adelante.