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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una reunión en Londres junto a líderes europeos. Efe

Sánchez recobra perfil con su presencia en la firma en Egipto del plan de paz para Oriente Próximo

Participará el lunes en la cumbre invitado por el Gobierno egipcio y tras un semana de acontecimientos internacionales que le obligan a reacomodarse

Sábado, 11 de octubre 2025, 10:06

El presidente del Gobierno recobrará perfil internacional, el que tanto ha mimado en un mandato trufado de adversidades domésticas, este lunes en Egipto y tras ... una semana en la que la distensión en Gaza, el protagonismo de Donald Trump como artífice de la misma y la concesión del Nobel de la Paz a la líder opositora de Venezuela, María Corina Machado, fuerzan a Pedro Sánchez a reajustar su discurso y su papel en el concierto global. Este 13 de octubre, a mediodía, Sánchez estará presente en la firma del acuerdo para el fin de la masacre en Gaza y la paz en Oriente Próximo que entró en vigor el viernes, asumido por el Gobierno israelí de Benjamín Netanyahu y la milicia palestina Hamás bajo patrocinio de Trump.

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Sánchez ha sido invitado por el anfitrión, el Gobierno de Abdelfatah El-Sisi, a la cumbre en Sharm el-Sheij, a orillas del Mar Rojo, con la que la comunidad internacional, con los países árabes al frente, pretende escenificar un espaldarazo al pacto para hacer permanente el alto el fuego que ha puesto fin a dos años de castigo de Israel sobre la población civil de la Franja a raíz de los atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023 y forjar una salida duradera y estable al conflicto de décadas en la región. A la cita, con el marchamo de episodio histórico, acudirán el presidente de EE UU –erigido en inesperado muñidor de un acuerdo cuya plasmación más inmediata es la tregua en Gaza y la comprometida liberación por la organización terrorista palestina de los rehenes hebreos–, los líderes árabes y también varios de los europeos.

Una fotografía de proyección global en la que Sánchez tendrá hueco después de haber sido el mandatario de la UE más crítico con el Ejecutivo de Netanyahu desde casi el inicio de la represión del ejército israelí sobre la Franja y después de que el presidente español haya escuchado en los últimos días nuevos reproches de Tel Aviv –pero esta vez, bajo las expectativas de paz–; haya visto cómo Trump sugería la expulsión de España de la OTAN –aunque formalmente eso no es posible–; y haya recibido con distancia el Nobel para Machado que da aire a la posición del PP y Vox contra el chavismo.

Sánchez había convertido a la vuelta de verano su denuncia del «genocidio» en Gaza en punta de lanza de su estrategia política, después del noqueo que supusieron en junio la imputación e ingreso en prisión de Santos Cerdán, el hasta entonces número tres del PSOE. Y después de meses de tiranteces con el gabinete de Netanyahu una vez que España reconoció oficialmente, en mayo de 2024, el Estado de Palestina, cuya constitución ha sido una apuesta compartida por los sucesivos gobiernos del PSOE y del PP pese al actual choque frontal entre Sánchez y Feijóo.

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Las Las circunstancias sobrevenidas, con un fulgurante plan de Trump que ha cristalizado en menos de dos semanas en el alto el fuego en Gaza, ha hecho coincidir el aniversario del 7-O y el impulso a una salida que se ambiciona definitiva para la región con la aprobación por el Congreso del real decreto para el embargo de armas a Israel promovido por el Gobierno. La Embajada israelí en España ya calificó de «perverso, inhumano y aberrante» que la iniciativa fuera a votarse el mismo día en que se recordaba al millar de víctimas de Hamás en el segundo aniversario de sus atentados, lo que hizo que la Cámara baja pospusiera el refrendo. El jueves, Tel Aviv identificó expresamente al de Sánchez como un Ejecutivo «hostil».

Ese día se cerró con la airada sugerencia de Trump, en un despacho en la Casa Blanca con el presidente de Finlandia, para que la OTAN se plantee expulsar a España por la renuencia del líder del PSOE a llegar hasta el 5% del PIB en el gasto en defensa. Una sanción inviable en sus términos dado que la reglamentación de la Alianza limita las salidas a una decisión voluntaria de cada estado. Pero que evidenció que el mandatario estadounidense no olvida el pulso. El Gobierno replicó a su amenaza revindicando que España tiene "tanto derecho" como EE UU a seguir sentada en la entente atlántica.

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Pero el brillo de que se ha dotado Trump con su plan de paz y que éste haya sido aceptado por las distintas facciones palestinas ha obligado al Ejecutivo de Sánchez y a las fuerzas de izquierdas a recomponer el discurso, tras semanas zahiriendo al PP de Alberto Núñez Feijóo por sus equilibrios entre el aval a Israel frente al terrorismo de Hamás y la denuncia de la masacre ordenada por Netanyahu en Gaza, que se ha cobrado casi 70.000 muertos, buena parte de ellos menores. Moncloa se ha esforzado en subrayar el compromiso que Sánchez ha mantenido con el logro de una paz «justa» y consistente cimentada sobre la solución de los dos estados. Y la vicepresidenta segunda y ‘alma mater’ de Sumar, Yolanda Díaz, ha tenido que matizar la primera evaluación crítica del acuerdo.

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