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Hélène Carrère. AFP

El Princesa de Ciencias Sociales distingue a Hélène Carrère por su aportación al conocimiento de Rusia

La historiadora y política francesa, personaje fundamental de la cultura de su país, se ha visto cara a cara con Putin y predijo el desplome de la Unión Soviética

M. F. ANTUÑA

GIJÓN.

Jueves, 11 de mayo 2023, 01:50

Las razones son múltiples. Pero en los tiempos que corren, con la guerra en casa, su contribución al conocimiento de ese lugar del mundo ... que hoy gobierna Putin ha tenido mucho que ver en la decisión del jurado del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales que ayer se falló en Oviedo. Ella, Hélène Carrère d'Encausse, historiadora, política, académica, profesora de origen aristocrático precisamente en esa geografía a la que tanto ha mirado con ánimo de entender y divulgar, ha realizado monografías de investigación, biografías y grandes ensayos de interpretación histórica y su obra constituye por ello «probablemente la aportación más sustantiva que se haya hecho en las últimas décadas al conocimiento de la Unión Soviética y Rusia, uno de los temas esenciales para la comprensión del mundo contemporáneo», dejó escrito el jurado presidido por Emilio Lamo de Espinosa.

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Hélène Carrère d'Encausse, «una de las personalidades más brillantes, originales y distinguidas de la historiografía francesa y del pensamiento europeo contemporáneo», según el jurado, es también polémica, vehemente, contundente en sus creencias y no se arredra ante nada. Quizá esa vida múltiple de quien nació en París en 1929 con el apellido Zourabichvili -el del padre desaparecido con era una niña- en el seno de una familia que perdió sus privilegios con la Revolución rusa y que fue apátrida hasta que a los 21 años consiguió la nacionalidad francesa, tuvieran que ver a la hora de forjar esa fortaleza. Su padre era georgiano; su madre, de origen ruso-alemán, y su infancia se acompañó de la historia, literatura y lengua rusas. Sembrada estaba la semilla.

La propia historia de su propia familia había de trazar su camino vital. En 1952 se licenció en el Instituto de Estudios Políticos de París (SciencePo), se doctoró en Historia en 1963 con una tesis sobre la revolución en Asia central, y en Letras y Humanidades en 1976 con un trabajo acerca de los bolcheviques y la nación. La docencia y la investigación han sido también su vida en la Universidad de París y más en concreto en SciencePo, donde dirigió el departamento de Estudios Soviéticos del Centro de Investigaciones Internacionales. El Colegio de Europa en Brujas fue otro de los destinos de una mujer que ha visitado otras universidades fuera de Francia.

Ha tenido también una vida política activa y destacada. El partido conservador Agrupación por la República de Francia la llevó en sus listas al Parlamento Europeo en 1994. Y, no podía ser de otra forma, como diputada formó parte de las delegaciones para las relaciones con Rusia y de la Comisión Parlamentaria de Cooperación UE-Rusia. Eurodiputada hasta 1999, fue en ese periodo la vicepresidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores, Seguridad y Política de Defensa.

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En su currículo se halla también ser presidenta de la Comisión de Archivos Diplomáticos del Gobierno francés y miembro electo de la Academia Francesa desde 1990, donde ocupa desde 1999 el cargo de secretario perpetuo. Fue la primera mujer en asumir ese puesto y exige ser nombrada en masculino porque rechaza de forma tajante el lenguaje inclusivo. Ni oír hablar quiere de cuotas de paridad: «Yo soy historiadora, he sido parlamentaria europea, entré en la Academia francesa y nunca pensé que fuese por ser mujer», ha dicho. Defendió, frente al criterio de otros, la entrada en esa institución de Mario Vargas Llosa y también la presencia del Rey emérito en el acto oficial que le dio la bienvenida al hispano-peruano hace bien poco. Sin contemplaciones ni medias tintas, como es ella, que esconde tanto brío y garra tras un aspecto de parisina impecable, siempre bien vestida de seda y tweed, siempre chic, emperlada, con cada pelo en su sitio y los zapatos perfectos.

Referencia

Personaje conocidísimo en Francia, presencia habitual en las televisiones y nombre imprescindible de la cultura francesa, es como historiadora una referencia internacional en estudios eslavos, especialista en la extinta Unión Soviética (URSS) y Rusia y en Asia central. El libro 'L'Empire éclaté' (1978), en el que pronosticó diez años antes la caída de la Unión Soviética, marcó toda su trayectoria. Está considerado por los expertos su contribución más innovadora a la historia de la Unión Soviética. Autora también de 'Des siècles d'immortalité: L'Académie française, 1635' (2011), ha escrito más de una treintena de títulos, entre ellos 'La Russie inachevée' (2000, Rusia inacabada en 2001), y 'Six années qui ont changé le monde 1985-1991' (2015, en español se editó un año después). 'Nicolas II' (1996), 'Lénine' (1998, 1999 en español), 'Catherine II' (2002), 'Alexandre II' (2008), 'Les Romanov' (2013) y 'Le général de Gaulle et la Russie' (2017) forman parte de las monografías biográficas. 'Alexandra Kollontaï' (2021) y la historia diplomática 'La Russie et la France' (2019) y 'La muralla rusa' en 2021) se hallan entre sus últimas obras.

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Interminable es el listado de distinciones que acumula esta mujer a la que Yeltsin ofreció la nacionalidad rusa y la rechazó sin dudar, entre ellas la Gran Cruz de la Legión de Honor del Gobierno francés.

Pero más allá del currículo están las vivencias tras él. Y ella ha tenido a Vladimir Putin cara a cara en 2000, cuando llegó al Kremlin. Dos horas habló con él Carrére, que ve al líder ruso como un hombre obsesivo y fuera de la realidad, una personalidad enfermiza que nos ha traído hasta este hoy tan complejo. La 'zarina de los sovietólogos', que así la llaman, ha dejado dicho que la guerra de Ucrania es aberrante y que podría ser el principio del fin de Putin.

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Declaraciones de Hélène Carrère

«A la Fundación Princesa de Asturias:

Ustedes me han concedido el Premio de Ciencias Sociales 2023. Es un inmenso honor y les ruego acepten mi más profunda gratitud por este prestigioso galardón, broche de oro a mi trabajo.

Permítanme, también, manifestar aquí mis sentimientos más cordiales y agradecidos».

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