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La periodista, escritora y activista Gloria Steinem hace un gesto de agradecimiento a su llegada al Hotel de la Reconquista. josé vallina
Gloria Steinem, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades

«El patriarcado acorta también las posibilidades de las vidas de los hombres»

Steinem denuncia que «aún hay lugares donde los varones poseen a las mujeres como medios de reproducción y mano de obra gratuita»

Lunes, 18 de octubre 2021, 22:46

La legendaria periodista, escritora y activista Gloria Steinem (Ohio, 87 años), quizá la feminista más influyente del mundo, llegó ayer a Asturias para recoger el Princesa de Comunicación y Humanidades 2021, «un auténtico honor que jamás hubiese imaginado», con la humildad propia de los grandes: agradeciendo con gestos la presencia de quienes se congregaron para esperarla a las puertas del Reconquista y, sobre todo, dispuesta a aprovechar su primer viaje a España para «escuchar y aprender. Esto no consiste en que yo enseñe nada, sino en que aprendamos unos de otros», dijo nada más poner un pie en Oviedo. Un mensaje que repitió durante el encuentro con los medios que mantuvo poco después, en el que bromeó admitiendo que, «para una periodista, ser la protagonista de una rueda de prensa resulta un poco extraño. Pero supongo que también será educativo y que nos lo merecemos después de someter a otros a nuestras preguntas».

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Fue una cita en la que Steinem tuvo un recuerdo para «las generaciones que nos han antecedido luchando por el derecho al voto o por otras muchas formas de libertad». Para «amigas y compañeras» como Wilma Mankiller, primera mujer en liderar a la Nación Cherokee: «Es un apellido un poco extraño, porque 'Mankiller' significa 'asesina de hombres', pero tenía ese nombre de guerrera y para mí simboliza el hecho de que existió una época pre-patriarcado donde el liderazgo se repartía de manera más equitativa». O como Alice Walker, «una de las mejores escritoras de nuestra época en todo el planeta, que escribe como si brotasen flores y hierba en cada página, sin estereotipos. Si no han leído su obra, se la recomiendo encarecidamente». Y -admitió- «podría seguir sin parar», citando a decenas de ellas, «porque el éxito del movimiento es que aprendamos las unas de las otras, que nos valoremos como personas valiosas y únicas, sin necesidad de evaluarnos como lo hace la sociedad: por cosas como el sueldo o por nuestra relación con un varón con prestigio».

Pero también tuvo palabras para las más jóvenes: «Mi mensaje es que estoy aquí para apoyarlas, no para decirles lo que tienen que hacer, una imposición que es justo lo contrario de lo que defienden movimientos de liberación como el feminismo». Las protagonistas de un camino hacia una sociedad igualitaria que «va a ser largo, complicado, pero también sencillo, porque nace del deseo de controlar a las mujeres como úteros andantes y decidir qué grupo va a conseguir mejor calidad de vida. Es un sistema que hace que seamos desiguales, pero, cuando veo a mujeres y hombres jóvenes que no perciben esas divisiones entre ellos, siento alivio y esperanza».

Gloria Steinem tiene «fe», pero también tiene muy claro que «el principal desafío» sigue siendo dinamitar ese patriarcado que «aún se extiende por muchos lugares del mundo con sistemas políticos con los que los varones controlan, poseen a las hembras como medios de reproducción y como mano de obra gratuita. Algo que, por ejemplo, podemos ver en Texas, donde esta lucha sigue muy presente. Y también podemos observarlo en las estadísticas sobre el bienestar económico y social de las mujeres o en su capacidad de decidir si quieren o no tener hijos. Todavía estamos enfrentándonos a este sistema patriarcal que acorta también las posibilidades de vida de los hombres». Y en esa batalla irrenunciable en la que ganamos todos el periodismo tiene mucho que decir, «escuchando y haciéndonos eco de lo que están diciendo las mujeres afganas o indias para garantizar que estén más presentes en los medios» y, sobre todo, «recordando escribir sobre otros como nos gustaría que escribiesen sobre nosotros, con la misma precisión y compasión. Entonces iremos por el camino correcto».

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