Teresa Perales: «El movimiento paralímpico es muy joven y eso hace que haya más igualdad de género»

En el pasillo de la nave almacén de la Fábrica, varios grupos de niños esperaban nerviosos la llegada de Teresa Perales. La Premio Princesa de Asturias de los Deportes se ha convertido para ellos en una heroína, gracias al programa 'Toma la palabra', que les permitió descubrir su trayectoria y la historia del deporte paralímpico. Cuando la galardonada apareció, rápidamente los pequeños le enseñaron los trabajos que habían llevado a cabo sobre ella. «Nosotros hicimos unas medallas que, por detrás, tienen mensajes», explicaban los alumnos del colegio La Ería Xana Blanco y Pablo Suárez, de 10 y 11 años, respectivamente.

A su lado, Alba Gioanini y Amaia Sastre le enseñaron su particular ruleta. «Es un juego muy divertido que consiste en acertar preguntas y respuestas hasta conseguir cinco cartas diferentes», señalaban estas alumnas del colegio Sagrada Familia El Pilar, de Pola de Lena. Ellas aseguraban que, gracias a esta actividad, aprendieron que «si nos esforzamos, vamos a conseguir todo lo que queramos». Y prometían haber encontrado en Perales «todo un ejemplo de superación».

También conoció ayer la nadadora el trabajo de los estudiantes del colegio gijonés Miguel de Cervantes, cuyos alumnos hasta se han inventado un deporte y ya preparan su primer torneo para diciembre. «Es sostenible e inclusivo», indicaban Candela Aguirre y Adrián Rougeot. A ellos y al resto de estudiantes, la galardonada les dio las gracias y animó a sus profesores a ponerles una «muy buena nota» porque «se ve que hay mucho trabajo detrás», los alabó.

Después de ver los proyectos, la directora del Miguel de Cervantes, Ángeles García, condujo un coloquio entre la premiada y los escolares, en el que los niños escucharon atentamente y aprendieron de cada palabra de Perales. Hubo quienes le preguntaron por las dificultades que entrañaba ser mujer y ella les explicó que «el movimiento paralímpico es muy joven y eso ha hecho que tengamos mayor igualdad de género». Una suerte porque no todas las deportistas corren la misma fortuna. «Hay equipos olímpicos en los que les obligan a firmar cláusulas de no embarazo», señalaba.

Les habló de feminismo y les enseñó también a enfrentarse a los problemas: «A veces, es tan simple como dejarlos de lado un rato y tomar aliento porque, con distancia, las cosas se ven mejor», indicaba. Para ella, sería fundamental que la docencia dedicara tiempo a la inteligencia emocional. «Es una deuda que tenemos con los niños. Trabajamos mucho las materias curriculares, pero las emociones resuelven muchos problemas», zanjó.

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