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Eldric Sella y Lydia Murungi, ayer, en Oviedo. FIRMA

«Lloramos y reímos con las mismas cosas, vengamos de donde vengamos»

El púgil venezolano Eldric Sella y la coordinadora del programa 'Game Connect', Lydia Murungi, realzan el olimpismo

ALEJANDRO FORCELLEDO

OVIEDO.

Jueves, 27 de octubre 2022, 02:53

Eldric Sella, boxeador y miembro del Equipo Olímpico de Refugiados, tenía 18 años cuando la violencia de las calles del barrio 23 de Enero ... de Caracas le empujó a irse de su país, Venezuela. Recaló en Trinidad y Tobago con su familia y trabajó en la construcción y cortando el césped en hoteles para ganarse la vida, pero nunca dejó los guantes. Tuvo que esperar y trabajar duro, pero en Tokio 2020 vio cumplido su deseo.

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Hoy Sella está en Oviedo representando a sus compañeros y recibirá el premio Princesa de Asturias de los Deportes con emoción. «Este reconocimiento es muy grato, es saber que lo que hacemos tiene un impacto real y no es solo simbólico». Sella vivió en Tokio su mejor momento como deportista y admite que volvió a casa pensando que «cualquier sueño se puede lograr, pero hay caminos más complicados».

El boxeador espera volver a Caracas algún día: «Es mi siguiente sueño porque mi casa puede estar en cualquier lado, pero mi hogar es Venezuela». El joven reflexiona sobre lo que es sentirse fuera de tu hogar y piensa que «todos lloramos y reímos con las mismas cosas, da igual de donde vengamos». Sella sigue el boxeo y se declara más de Terence Crawford o Lomachenko que de Canelo, pero lo que realmente le gusta es la practica del boxeo olímpico, donde destaca a los púgiles cubanos: «Me gustan mucho».

Por su parte, Lydia Murungi, coordina el programa 'Game connect' impulsado por la fundación en Uganda. «Es fascinante que se reconozca nuestro trabajo, pero sobre todo que se ponga en relieve lo que hemos logrado en mi país». Gracias a este proyecto creado en 2020 beneficia a 10.000 refugiados en Uganda y trata de mejorar la salud mental de las personas a través del deporte. «Nuestro trabajo trata de resolver nuestros problemas, salvar las diferencias que puede haber. El deporte derriba todas esas barreras».

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Para Murungi es de vital importancia que los refugiados recuperen su vida. «Nos encontramos con casos en los que los refugiados han pasado por situaciones graves de violencia o de abusos sexuales, todos los jóvenes se ven afectados por la pobreza o problemas mayores y el deporte les capacita para recuperarse». Murungi disfruta al ver cómo los refugiados recuperan su día a día: «Ver cómo se transforma la vida de las personas es increíble. Cuando trabajo me gusta estar en contacto con la gente, no me quedo en el despacho, quiero estar con ellos, tenemos una conexión muy fuerte. Este trabajo tiene un valor incalculable», sentencia la ugandesa.

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