La sirena que nadó por encima de todas las barreras

La primera atleta paralímpica en conquistar el galardón es también la más laureada de la historia de España. Una coleccionista insaciable de victorias, que acumula 26 medallas desde su estreno en los Juegos de Sidney en el año 2000 y quiere seguir elevando el contador, motivada por la ambición de dedicarle otra presea a su hijo y alcanzar las 28 con las que colgó el gorro Michael Phelps. Ese hito era casi imposible de sospechar cuando se vio afectada por una neuropatía que le hizo perder la movilidad desde la cadera hasta los pies con apenas diecinueve años.

Apasionada del deporte, desde niña estuvo ligada al kárate, hasta que el brusco giro en su vida, el segundo tras el fallecimiento de su padre cuando era una adolescente, propició que se reencontrarse con la natación, una disciplina en el que los monitores no le auguraban un futuro prometedor durante su infancia. Abanderada de la delegación española en Londres 2012, es un icono del deporte paralímpico por su vitola de heptacampeona, con nueve platas y diez bronces. Su nombre también está ligado a cinco récords mundiales y ha agregado 43 preseas continentales a sus éxitos en los Juegos.

Su carácter indesmayable ha labrado una leyenda marcada por su espíritu de superación que ambiciona seguir agigantando. Sobre el agua ha derribado todas las barreras que se han interpuesto en su camino y fuera de ella ha dejado muestras de las bases para sobreponerse a los reveses que ha tenido que afrontar en los libros 'La fuerza de un sueño' y 'Mi vida sobre ruedas', escrito a cuatro manos junto a su marido periodista, que ayer tras recibir la dosis de la vacuna regresó a casa para ayudarle a responder las casi 200 llamadas que acumulaba en su teléfono.

Diplomada en fisioterapia y experta en 'coaching' personal y deportivo, conferenciante internacional desde 2013, su candidatura al Premio Princesa de Asturias de los Deportes fue propuesta por Gloria Fernández-Lomana, miembro del jurado del galardón de Cooperación Internacional. Sus homólogos deportivos secundaron la moción y reconocieron un excepcional palmarés de la nadadora maña, aderezado por su «profundo, activo y valiente compromiso social».

En la élite de la natación desde finales de la década de los 90, colabora con varias organizaciones no gubernamentales y desempeñó varios cargos públicos. Fue diputada en las cortes de Aragón, ejerció como asesora del departamento de servicios sociales y familia y como directora general de atención a la dependencia en el gobierno de su región natal. Patrona de la Fundación Sanitas y doctora 'honoris causa' por la universidad ilicitana Miguel Hernández, su tesón le evitó hundirse en el lamento para zambullirse hacia la gloria.