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Un grupo de participantes en la yincana durante el juego 'El peso de la inteligencia pura', mientras la Tuna les canta algunas pistas, en el edificio histórico de la Universidad.

En busca de noticias de Gurb por las calles de Vetusta

Una yincana familiar rinde homenaje al extraterrestre más popular del Princesa de las Letras Eduardo Mendoza

Sábado, 18 de octubre 2025, 22:25

El centro de la heroica ciudad que inspiró la Vetusta de Clarín se convertía este sábado en un circuito de disparatados y divertidos escenarios para seguir el rastro de Gurb, el observador extraterrestre creado por Eduardo Mendoza. Esa era la propuesta de la yincana familiar 'Proyecto Gurb', organizada por la Fundación Princesa de Asturias en su programa de actividades de la Semana de los Premios.

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La plaza del Fontán, el edificio histórico de la Universidad, la plaza del Vasco en Gascona, el Museo Arqueológico y la Fábrica de Armas eran las ubicaciones que durante la mañana se revolucionaban al paso de esta carrera de ingenio que continuará hoy hasta pasado el mediodía y en la que están participando unas tres mil personas, según datos facilitados por la Fundación.

En el Fontán, el chigre de doña Mercedes y don Joaquín era una escuela de cocina en la que mayores y pequeños aprendían el arte de preparar una tortilla de berenjenas, el bocado preferido de Gurb. A su lado una pareja de pastores impartían lecciones de ajedrez, concretamente de 'Mate pastor' y a escasos metros, el mismísimo Gaspar Melchor de Jovellanos («ye un poco repunante», avisaba una de las actrices ) animaba a los jugadores a descubrir las diferencias entre su persona y el famoso retrato que le pintó Goya. Entre los participantes Ana Gámez con sus hijos Sofia y Miguel, se confesaba asidua de las actividades de la Semana de los Premios, en plena elaboración de sus tortillas para Gurb. Sobre la novela de Mendoza, el pequeño desvelaba que la habían leído en su cole y le había parecido «muy entretenida y graciosa», mientras su madre elogiaba el «humor tan especial del escritor, muy adecuado en estos tiempos». Miguel Fernández con su pequeño Hugo y el amigo de éste, Héctor, revelaba que «es la primera vez que venimos y lo estamos pasando todos muy bien», a lo que asentían los chavales concentrados sobre un tablero de ajedrez: «Nos encanta, es un juego divertido y de mucha estrategia. A ver cómo son las otras pruebas», declaraban. Siguiendo el juego de las diferencias entre el Jovino real y el del cuadro, Beatriz y su padre, Manuel Martín, se ayudaban mutuamente en anotar los detalles observados: «No sabía quién era Jovellanos, pero me está gustando mucho el juego», afirmaba ella, ante la sonrisa cómplice de Manuel: «La verdad es que somos fans de los Premios y solemos participar siempre en las actividades familiares, también en las que son para un público adulto», manifestaba.

Por delante quedaba aún mucha yincana y sorpresas como la del juego del 'Peso de la inteligencia pura' en el edificio de la Universidad, con la Tuna cantando pistas y las figuras patriarcales de Unamuno y Clarín supervisando la prueba, el 'escanciado marciano' de sidra en Gascona o una bruja en el Arqueológico que entregaba cartas del Tarot para guiarse hasta la Fábrica de Armas con una librería-churrería llena de obras de premiados con el Princesa de las Letras. Allí estaban las últimas noticias del perdido Gurb.

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