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Shigeru Ban y su esposa Masako -ambos vestidos de negro-, junto al alcalde de Ribera de Arriba, Tomás Manuel Fernández (a la izquierda del arquitecto), el director del centro de interpretación, Roberto Álvarez, y un grupo de vecinos de Bueño, ante tres hórreos centenarios. MARIO ROJAS
Premio al Pueblo Ejemplar de Asturias

Hórreos para el cuaderno de notas de Shigeru Ban

Recorrido. El arquitecto galardonado con el Princesa de Asturias de la Concordia se mostró fascinado en su visita a Bueño para conocer nuestra construcción más singular

PABLO ANTÓN MARÍN ESTRADA

Domingo, 30 de octubre 2022, 01:27

Por supuesto que lo he entendido, mi trabajo se basa en las estructuras móviles». Así de rotundo respondió el arquitecto japonés Shigueru Ban al director ... del Centro de Interpretación del Hórreo de Bueño, Roberto Álvarez, tras escuchar sus explicaciones y ver cómo se montaba uno de nuestros graneros autóctonos en la visita que ayer hizo a esta localidad de Ribera de Arriba, la aldea asturiana con un mayor número de ejemplares. El Premio Princesa de Asturias de la Concordia acudió allí, acompañado de su esposa, antes de participar en un encuentro con el público en la Fábrica de Armas de Oviedo, para conocer el elemento etnográfico más característico de nuestra región y descubrir las similitudes que guarda con los prototipos de viviendas temporales, eficientes y sostenibles, a los que ha consagrado su trayectoria profesional y sus proyectos para dar cobijo a personas en situaciones de emergencia. Que su atención ante todo lo que veía no era pura cortesía, lo confirmó el comentario que se pudo escuchar a su mujer, Masako, en un expresivo aparte con la intérprete que traducía la visita guiada: «¡Uy, esta es una cosa que le gusta!».

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El galardonado llegó al Centro de Interpretación poco antes del mediodía y ya ante los paneles del vestíbulo, mientras el responsable del espacio le introducía en las características generales de los hórreos mostró un vivo interés por lo que iba oyendo. Le llamó sobre todo la atención su morfología peculiar y que tuviesen carácter de muebles, desmontables y trasladables. También el hecho de que las piezas perimetrales de su caja sirvieran de muros portantes y a la vez de sostén estructural. A Ban le sorprendió particularmente la cifra de hórreos y paneras existente en Asturias: más de 20.000 y que de ellos hubiese alrededor de 2.000 del siglo XVI: «¿Cuál es la razón de que haya tantos y cómo han logrado perdurar tanto tiempo?», preguntó y ante la respuesta de Roberto Álvarez de que el motivo radicaba en que seguían siendo útiles, le llevó a reflexionar que eso era una ejemplo de que «la duración de una edificación no depende tanto del arquitecto como del usuario», expresó.

Otro de los aspectos acerca de nuestros hórreos que le extrañó al Premio Princesa de la Concordia fue que además de su función principal de almacén pudieran servir de habitáculo eventual. Pero el gestor del Centro de Interpretación había hecho sus deberes y conocía bien sus inquietudes. Le contó que en la zona de la que él provenía, las cuencas, en la época de mayor afluencia de trabajadores de fuera con sus familia para trabajar en las minas, la escasez de viviendas había propiciado que muchos de ellos se instalasen en hórreos y paneras. «Fue algo similar a lo que hacen los refugiados en sus construcciones», le apuntó. El empleo de materiales sostenibles como la madera y el propio diseño, concebido para aislar de la humedad el interior, fue igualmente objeto del interés del arquitecto, a quien se pudo ver realizando fotos con su teléfono móvil de los ejemplares históricos de Bueño.

En el más antiguo de los tres del siglo XVI que se levantan en la localidad, sus copropietarios de Casa Tina le tenían reservado 'so l'horru' un pequeño ágape de bienvenida a base de sidra y bollos preñaos, que el ilustre invitado no desdeñó probar. Observando la comitiva, el pintor local César Fernández Pello 'Xastre' desvelaba que en aquel hórreo centenario había dormido él los diez primeros años de su vida. «Era el único sitio de mi casa donde no se pasaba frío», aseguraba, confirmando su eficacia más allá de ser un simple granero y almacén.

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De todo ello tomaría buena nota el Premio Princesa Shigeru Ban.

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