El dibujante Quino prueba una de las sopas. Mario Rojas

«El olor de esta sopa atraería a Mafalda hasta la olla»

Cocineros asturianos elaboran cinco recetas de sopas que convencieran a la criatura de Quino para animarse a probar el plato que siempre odió: fabada, mar, dulce, letras y especias son las claves

Eva Mayordomo

Miércoles, 22 de octubre 2014, 16:20

Una lectura común de la sopa de Mafalda es que representa el poder, en torno a lo que giran muchas de sus viñetas, con opresores, oprimidos, y una Libertad muy, muy chiquita, de la que todo el mundo saca "una conclusión estúpida" cuando la ve. Pero en la Semana de los Premios Príncipe se ha querido interpretar desde un punto de vista redentor, en lo que se refiere a la sopa en tanto a comida: a lo mejor es que a Mafalda no le gustaba la que le hacían en casa, porque esa era la que tenía que comerse por obligación. Y ya se sabe, la libertad de elegir hace que todo sepa un poquito mejor. Por ello, cinco recetas "que gustarían a Mafalda" se han desplegado, a razón de 500 raciones por fórmula, en el patio del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo. Por allí han pasado más de medio millar de visitantes que han podido degustar la media decena de sopas.

Publicidad

Minutos antes de que llegase Joaquín Salvador Lavado Tejón, "Quino", todos los asistentes probaban, opinaban, y hasta repetían. Los creadores de esta iniciativa y colaboradores necesarios estaban literalmente en los fogones portátiles distribuidos en cinco mesas alrededor del claustro bajo, a saber, cocineros y hosteleros del Principado, todos ellos miembros de la Asociación de Restaurantes por el Fomento de la Cocina Asturiana. El menú de sopas ha sido ideado por los once componentes: Laura Antón (La Goleta), Javier Antón (Casa Conrado), Elías Fernández (Palacio de las Nieves), Miguel Loya (Balneario de Salinas), Javier Loya (Deloya), Luis A. Martínez (Casa Fermín), Pedro morán (Casa Gerardo), Roberto Riginelli (La Pondala), Juan Rivero (Casa Tataguyo), Rodrigo Roza (La Taberna del Zurdo), Juan R. Sánchez (Del Arco) y Abel Terente (El Asador de Abel). Aunque finalmente, y tras diseñar entre todos un menú sopero "coherente", como explicaba Luis A.Martínez, han sido cinco los chefs, con sus correspondientes equipos, quienes han materializado el encargo.

Para empezar, "Sopa de Letras", o lo que es lo mismo, un consomé de garbanzos con infusión de hierbaluisa y comino. En opinión de Javier Deloya, añadirle fideos en forma de letras "podría servir para que se la tomase, es un juego que suele gustar a los niños". Si no, todavía queda la opción de convencerla gracias al aroma especiado que le da a esta receta un toque "diferente".

El segundo plato es la "Sopa de Mar", que además fue la escogida por la organización para que Quino la probara. Se trata de una bullabesa "muy al estilo" del Real Balneario de Salinas, como aseguraba Isaac Loya. "Se han usado espinas de rape, virrey y bogavante, además de pochar mucho las verduras para dar una sopa muy fina", comentaba. En el fondo reposaba un jugoso mejillón. "Es más un jugo de pescado, suave... a Mafalda podría gustarle", confiaba, con el aval de trabajar con productos marca de su casa.Con él estuvo de acuerdo el galardonado con el Premio Príncipe de Comunicación y Humanidades, quien tras posar para los reporteros gráficos junto a los cocineros, aseguró que estaba "riquísima", además de agradecer el acto en sí: "Es una idea original, simpática y cariñosa, haber creado una cosa tan linda como esta que espero que disfruten todos", dijo al micrófono con brevedad, y fue aplaudido con fervor por todos los presentes.

Por su parte, la "Sopa de Otoño", o lo que es lo mismo, un jugo de fabada con tropezones obra de Pedro y Marcos Morán, de Casa Gerardo, combinaba la base del tradicional plato patrio con la textura crujiente del repollo en juliana, constituyendo una apuesta por "lo asturiano" para "gustar a Mafalda", según comentaba Marcos Morán.

Publicidad

Incluso más allá. "Atraer a Malfada a la sopa por olor". Ese objetivo se marcaba Luis Alberto Martínez (Casa Fermín), mientras removía con un cucharón la gran olla que ya estaba preparada para servir medio millar de raciones de "Sopa en cubitos". Para más detalle, se trata de dados de sopa tandoori, un conjunto gelatinoso de verduras con mucho sabor y aroma a esta especia india. El caldo se añade caliente al cubito de gelatina justo antes de su ingesta para potenciar los sabores.

Y si todo lo demás falla, hay que engatusar con el dulce: Rodrigo Roza (La Taberna del Zurdo) probó suerte, precisamente, con un poco de mano izquierda. "Mafalda es una niña, a los niños les gusta el dulce, y esto es más como un postre", decía defendiendo su propuesta, que consiste en una sopa de lima, menta, frutas, frutos y vainilla. Todo en un almíbar ligero y fresco con sorpresa final: trocitos de turrón. Si en la jornada anterior Quino se inclinaba por pensar que a su hija de papel, Mafalda, le podría gustar "el arroz con leche", esto es lo que más se acercaba. "Tiene un sabor un tanto ácido, también, como su humor", abundaba Roza.

Publicidad

La opinión de Mafalda podremos no saberla nunca a ciencia cierta, pero sí la de sus seguidores, que fueron muchos los que quisieron ponerse en la piel de la muchachita contestona más famosa. "La dulce seguro que le gustaba", aventuraba Lucía Rodríguez, de 15 años, rodeada de sus amigos. También fue su preferida. En cambio a Isabel Pardo, originaria de Castilla y León pero afincada en Oviedo, prefirió destacar lo ricas que estaban "todas" y el homenaje a la pequeña reina de la viñeta le pareció "maravilloso". Y es que para ella, lo importante de aupar a Malfada entre las nuevas generaciones con actos como este es que "aprendan a pensar críticamente como ella, y sobre todo, a pelear".

Y para un hispanoahablante es fácil pensar que Mafalda es universal, que lo es, pero aún le quedan territorios por conquistar: Sidrotun Naim, beneficiaria de una beca Fullbright y con 24 horas de avión desde Indonesia aún en el cuerpo, observaba el despliegue con un vasito de "Sopa de Mar" en la mano: tal vez por deformación profesional, porque esta licenciada de Harvard actualmente es la directora del "Center for Sustainable Aquaculture and Pathology Studies", es decir, que estudia todo lo relacionado con el entorno marino de las gambas y las tilapias, y por cierto, será una de las representantes de la Fundación FullBright en el Teatro Campoamor en la entrega del Premio Príncipe de Cooperación Internacional. "No sabía de Mafalda hasta que le dieron el premio a Quino", reconoció, aunque también que desde entonces "he leído algunas viñetas y me gusta". En cuanto a su 'análisis' de la sopa marina para Mafalda, distó mucho de ser científico: "está muy buena, y me parece una receta muy saludable", aseguraba mientras disfrutaba de la última cucharada.

Publicidad

Además, en el piso de arriba del claustro ha quedado instalada la exposición de "Quino por Mafalda", proveniente de Buenos Aires y que el autor ha visitado a su llegada al Edificio Histórico. Ha mirado sus propias obras, pero también ha posado para las cámaras en silencio sobre su silla de ruedas. Tal vez, abrumado por tanta atención, ya que fuera merodeaban aficionados con libros de Mafalda y un bolígrafo, así como azafatas con una etiqueta en cartón piedra, #Mafaldólogos, para que cualquiera pudiera posar con ella, hacerse un 'selfie' y tuitearlo. Sin embargo, la visible fatiga de Joaquín S. Lavado Tejón, "Quino", no permite que estampe su firma en los innumerables ejemplares que estos días llevan, por si acaso, los participantes en los actos que cuentan con su presencia.

¿Y el veredicto final? Las cinco sopas tienen argumentos para gustar a Mafalda, pero Quino no se aventuró a prever la conducta de su rebelde hija ficticia. Sin embargo, cabe recordar que a otro entrañable personaje fruto de sus lápices, a Guille, al eterno hermanito -que no sabe pronunciar la "s"-, aunque solo sea por llevar la contraria a Mafalda, le encanta la sopa. En el plato seguro que no queda.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad