Quino, durante el encuentro con los niños.

«¡Te queremos mucho, Quino!»

600 alumnos de Oviedo y Gijón recibieron al argentino en el colegio Fozaneldi con regalos y hasta disfraces de Mafalda. Él se emocionó

Jessica. M. puga

Miércoles, 22 de octubre 2014, 00:44

Al grito de «¡Quino, Quino!», unos 600 escolares recibieron al dibujante y humorista gráfico Joaquín Salvador Lavado en el Colegio Público Fozaneldi. El premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades quiso acercarse a los más pequeños de la casa, quienes le saludaron «nerviosos y emocionados» pero «con mucha ilusión». En el centro, no faltaba detalle, la decoración no dejaba lugar a duda de quienes eran los invitados del día. Multitud de dibujos, textos y carteles rendían homenaje al dibujante y le agradecían el haber creado a Mafalda hace ahora medio siglo. Y no solo las paredes del centro se vistieron para la ocasión. Las niñas y los niños congregados hicieron lo propio. Ellas, con lazo rojo, y ellos con camisa blanca.

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La llegada de Quino se hizo esperar, sobre todo para los que aguardaban sentados el momento en el que éste apareciese. Finalmente lo hizo, y desde ese momento y hasta que se despidió, una hora después, no cesó de saludar a niños, profesores e, incluso, familiares congregados en el recinto. Quino, desde su silla de ruedas y visiblemente cansado, no perdió detalle de los regalos y las palabras que le profesaban unos y otros. El séquito de bienvenida lo formaron los cuatro alumnos argentinos, encargados también de ofrecerle mate. «Deseo darle la bienvenida», le dijo al oído Marina ante los gritos de los demás. «Mi papá nació en Ciudad de Mendoza, como tú», le contó Miguel. Tras ellos, el resto de escolares, coreaban su nombre portando pancartas en su honor y en el de Mafalda.

La jefa de estudios del colegio fue la encargada de pronunciar el discurso oficial y de recibir a los centenares de estudiantes procedentes de diferentes colegios e institutos de Oviedo y Gijón presentes en la cita. «En 2011 recibimos con mucho cariño la concesión del Príncipe de Ciencias Sociales a Howard Gardner por su teoría de las inteligencias múltiples. El curso pasado dedicamos el Día del Libro a su figura Quino, y cuando vimos que la Fundación le elegía como premiado nos sentimos muy contentos. Desde entonces, su trabajo y el de Gardner conforman los pilares de nuestro proyecto integral de convivencia. Usted es un pensador universal, crítico elegante y quien nos ha enseñado a entender el mundo y corregir, dentro de nuestras posibilidades, sus debilidades. Te queremos mucho, Quino», dijo. Pero como los protagonistas del día eran los niños, de su cuenta corrieron el resto de actividades, que tomaron la música como clave, del rap al tango. Dos antiguos alumnos del Fozaneldi Lydia Areces y Jaime Almaraz dedicaron a Quino un baile al son de La Yumba. «¡Bravo, bravo!», aplaudió el dibujante.

El último regalo reservado a Quino fue una fofucha caracterizada como Mafalda vestida de asturiana y con el mensaje: «Gracias a Quino por parirme y a Alicia por adoptarme». Fue entonces cuando Quino, quien no tenía previsto pronunciarse públicamente, cogió el micrófono. «Hola a todos. Estoy muy ilusionado ante tanto afecto y tantos regalitos. Siempre dije que dibujaba porque hablar no me sale fácil pero todo esto me emociona muchísimo, muchas gracias», fueron sus primeras palabras públicas en Asturias. Desde ahora, la biblioteca del colegio Fozaneldi se llama De Quino y Mafalda. Finalizados los actos, Quino abandonó el centro, dejando el testigo al grupo Petit Pop. «Estaba conmovido de que hubiéramos trabajado tanto para conocerlo», explicó Viriu Rodríguez, de 11 años, «feliz» por conocer al autor «del primer cómic que leí».

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