Real Oviedo | Un nuevo estilo marcado por la velocidad

La búsqueda del estilo es una de las primeras asignaturas para cualquier equipo. La pretemporada suele ser el tiempo para ello y cuando se sientan las bases. En el caso del Real Oviedo todo apunta a que será en los veinte encuentros que quedan para acabar la Liga cuando se verá a un conjunto más reconocible. Al menos es lo que espera su entrenador, Javi Rozada, que aprovechó el parón de navidad y esta jornada para trabajar aspectos tácticos.

El Real Oviedo que viene será un equipo que esperará a los rivales, intentando protegerse, y en ataque apostará por las transiciones rápidas, aprovechando las bandas, por las que suele hacer daño a los equipos contrarios. El técnico ovetense llegó al equipo en la sexta jornada y apenas tuvo tiempo para tratar de imponer su idea de juego al equipo. Se encontró con la plantilla hecha y además tuvo el inconveniente de que en las primeras semanas coincidió jornada de competición intersemanales, con lo que la mayor parte del tiempo la dedicó a preparar los partidos y buscar soluciones de urgencia.

Tras la vuelta del parón de navidad, Rozada reconoció que la forma de jugar que más le gusta para sus equipos es poco viable con las características de la plantilla. En ese sentido, el técnico azul dijo que le gustaría «dominar un poco más los partidos, pero creo que sinceramente no es posible». Para apoyarse en la apuesta por la velocidad, recordó que en la primera vuelta los mejores resultados fueron «estando muy juntos y haciendo transiciones muy rápidas». «Al final somos un equipo que creo que hace más daño sin balón que con él», concluyó.

En lo que no parece que vaya a haber cambios es en el sistema, donde el técnico apostó por un 4-2-3-1, salvo en momentos puntuales de los partidos en los que en función del resultado usó cinco defensas o dos delanteros. Además, una de las ideas del preparador es buscar algo más de posesión en los partidos del Carlos Tartiere, cuando los rivales sean los que se encierren en su campo. No obstante, es consciente que será difícil.

El ovetense, que en las últimas cuatro jornadas de la primera vuelta repitió alineación, ha logrado consolidar la defensa. Nieto y Christian Fernández son los habituales en los laterales, con Arribas y Carlos Hernández en el centro.

Uno de los problemas está en el centro del campo, en la pareja de pivotes, donde el equipo adolece de posesión de balón como el técnico pretende, por lo que la mayor parte de los ataques son por las bandas. Ahora con Sangalli y Bárcenas y, en cuanto se recupere, con Saúl Berjón, que también ayudará a la hora de tener más posesión de balón.

Una de las piezas clave en el estilo que quiere implantar el técnico es la mediapunta, en la que se está consolidando Borja Sánchez. El acierto del ovetense en el último pase y su capacidad de asociarse con los compañeros que se incorporan al ataque marcará buena parte de la capacidad del equipo para crear peligro. En lo que no hay dudas es en que la referencia ofensiva seguirá siendo Ortuño.

Rozada espera que el mercado de invierno sirva para que pueda llegar algún refuerzo que le permita dar más solidez al equipo. Uno de ellos será el pivote del Valladolid Luismi, que es un jugador de carácter defensivo que en su mejor etapa en el conjunto vallisoletano se encargaba del juego de contención y de dar estabilidad al centro del campo del equipo.

El club también busca un atacante. Un delantero que pueda complementar o sustituir a Ortuño en determinados encuentros y ofrecer prestaciones distintas al murciano que destaca por el juego posicional y el remate.