El Oviedo se queda sin ideas

El Real Oviedo ofreció en El Toralín una pobre imagen y acabó cayendo, 1-0, ante la Ponferradina a la que apenas inquietó a lo largo de los 90 minutos. La derrota deja a los ovetenses en la zona media de la clasificación antes de las vacaciones.

Ziganda apostó por los habituales de Liga con la única novedad que en el centro del campo formaron Jimmy y Javi Mier, quedándo en el banquillo Édgar González. Hasta ahora el catalán no había estado en el once solo en el encuentro ante el Leganés y fue por sanción.

El prólogo del partido lo empezaron a escribir los ovetenses que se imponían con el balón. Los de Ziganda tenían el control del juego y daba la sensación de que el guión era el que había propuesto el navarro. Sin realizar concesiones a los locales, la primera ocasión de los 'sacaveras' llegó en un error en defensa que permitió a Nahuel hacerse con un balón, pero en el mano a mano salió victorioso el portero berciano.

Daba la sensación que la idea era ir madurando el partido para tratar de aprovechar una oportunidad cuando apareciera. Sin embargo, lo que apareció fue un mal que se está empezando a convertir en endémico de los carbayones: el balón parado. Una falta lateral mal defendida la acabó rematando de cabeza Pablo Valcarce y Femenías, que había resbalado antes, logró mandar a córner. En el lanzamiento del saque de esquina nadie acertó a despejar y el incombustible Yuri metió el pie en el área pequeña para adelantar a los suyos. En las dos acciones Femenías pudo hacer algo más, sobre todo si hubiera salido a tiempo.

El tanto echaba por tierra el mejor inicio de los de Ziganda y les obligaba a nadar contra corriente.

La obligación de los oviedistas de tratar de buscar el empate no cambió demasiado el decorado del partido, ya que los locales estaban cómodos defendiendo y esperando en su campo para que el atasco de jugadores hiciera el resto. El que más lo intentaba era Borja Sánchez, el ovetense pedía el balón y trató de iniciar el juego, pero estaba bastante vigilado y además no encontraba socios para tratar de asaltar el área local.

Ni Sangalli, ni Nahuel eran capaces de participar en el juego y eso hacía que Blanco Leschuk no pudiera tener ni una ocasión de rematar. El juego se iba convirtiendo en previsible y cada vez menos profundo, lo que hizo que en la fase final de la primera mitad Caro apenas tuviera que intervenir.

La salida tras el descanso fue buena para los de Ziganda que fueron mucho más agresivos en la presión y buscando un juego más vertical. Uno de los problemas era que Blanco Leschuk se movía por todo el frente del ataque y caía mucho a las bandas, lo que dejaba huérfana de oviedistas el área local. Jon Pérez Bolo se sabía bien la lección y uno de los objetivos de los suyos era desactivar la segunda línea, esa desde la que Sangalli, Nahuel y Borja Sánchez suelen ser los que más peligro generan. Tampoco aparecían los laterales, Nieto y Lucas, para poder doblar por los costados y asociarse con los compañeros.

La mejoría no tenía resultado en el área, ya que la única ocasión en la que tuvo que intervenir Caro fue un remate de cabeza de Arribas en un saque de esquina que fue a las manos del portero. La Ponferradina empezó a animarse con el paso de los minutos y sacó alguna contra peligrosa.

Ziganda buscó la reacción con dos cambios. Mossa entró por Lucas pasada la hora de partido, mientras que Édgar González ocupó el puesto de Jimmy.

Los carbayones empezaban a asomarse algo más al área local y dispusieron de una ocasión clara en una internada de Borja Sánchez, que centró al área, pero Nahuel, en buena posición, mandó por encima del larguero. Fue la última acción del argentino, que dejó su puesto en el campo a Mujica, que tras sus dos goles en Copa el martes parece haberse ganado la confianza del técnico.

El paso de los minutos atascó más a los ovetenses y les dio aire a los de Bolo que poco a poco iban ganando terreno y cada vez estaban más cerca del segundo gol. La ocasión más clara fue un penalti cometido por Édgar González sobre Yuri. El propio delantero se encargó de lanzar la pena máxima, pero Femenías acertó y logró detener el lanzamiento.

Hasta el final el equipo de Ziganda no fue capaz de disparar a portería en una sola ocasión.