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Esta ruta camina la cresta de la sierra del Sueve, coronando picos como el Babú y el Sellón antes de subirse al Pienzu. Luego, regresa al punto de partida recorriendo el hayedo de la Biescona, un bosque único lleno de magia. M.LL
Rutas de montaña en Asturias: Sierra del Sueve

Al pico Babú, al Pienzu y la Biescona: un recorrido distinto por la Sierra del Sueve

Planes al exterior en Asturias Desde Pie de Potru, muy cerca de las playas de Colunga, parte una senda empinada que se adentra en el Sueve haciendo zigzags. Recala en el Babú, a 900 metros de altura y desde ahí avanza, coronando el Pienzu antes de emprender regreso por un hayedo bellísimo.

Viernes, 18 de julio 2025, 20:17

Plantada cual gigante tumbado, a medio camino entre la costa oriental y los Picos de Europa, la sierra del Sueve resulta un escenario perfecto para ... excursiones. Su cercanía con el mar cantábrico y las playas de Caravia y Colunga, así como su maravilloso aposento –que en días claros regala una de las mejores postales a los tres macizos de los Picos de Europa- la convierten en todo un patio de recreo senderista lleno de guindas y de extras jugosos que la engrandecen.

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Datos de la ruta

  • Tipo de ruta: Circular

  • Dificultad: Moderada

  • Distancia aproximada: 15 km

  • Tiempo aproximado: 7 horas

  • Desnivel aproximado: 1.167 m

Una de esas guindas del Sueve es la Biescona: un esplendoroso bosque, viejísimo, que puede presumir de ser uno de los hayedos a menor altura de Europa. En este recodo se respira magia y el reloj avanza a otro ritmo. Aquí el paisaje impresiona, intacto y salvaje, creando una sensación de viaje en el tiempo, de vuelta a un hogar antiguo, que no deja indiferente.

Sendero a través de la Biescona.

Esta ruta recorre la Biescona, desde arriba hacia abajo: lo hace tras encaramarse en lo más alto de la sierra (en el Picu Pienzu) y tras recorrer, cual culebra serpenteante, los altos cimeros del lugar, deleitandose con un paisaje que combina costa y Cordillera al tiempo.

Vistas a la zona de costa desde los altos del Sueve.

Pero la excursión no sólo se sube al Pienzu: la altura se gana coronando el Babú, un pico bastante desconocido, a 900 metros sobre el mar, desde el que ya se disfrutan vistas de postal y sensaciones de altura. Desde ahí, ganando metros poco a poco, el recorrido pasa por otros altos (como el Sellón o el pico Duernes) antes de plantar bandera a 1150 metros en el techo de esta sierra, adornado con una gran cruz y vistas de espectáculo.

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Hayedo de la Biescona, todo un tesoro de la sierra del Sueve/ Vistas a Picos de Europa desde lo alto de la sierra/ Playas de la Isla y la Espasa desde los altos del pico Babú.

La bajada, preciosa, ya regresa por la Biescona: buceando sin esfuerzos este recodo boscoso bellísimo y especial, lleno de altos árboles con troncos retorcidos. La fr escura del sendero que avanza por la espesura, los juegos caleidoscópicos de la luz y las hojas, el ruido, el ambiente de cuento… conforman una vuelta al punto de partida que es todo un regalo: la guinda perfecta, brutal y exacta, a un recorrido bellísimo (y distinto) por las alturas del Sueve.

Recorrido por el hayedo de la Biescona.

Para empezar a caminar y encontrar el sendero que sigue esta ruta, lo primero que hay que hacer es dirigirse a Pie de Potru, un lugar en la carretera del Fitu (ya en terrenos de Caravia) en el que hay un pequeño aparcamiento.

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Inicio de la ruta en la zona conocida como Pie de Potru, o Casa Julia.

Se comienza a andar cruzando el firme de la carretera y pasando ante Casa Julia, guapa casa al pie del camino. Los primeros metros son por pista, pero no durante demasiado rato: enseguida un jitu sale al paso, señalando un desvío a la derecha que inaugura otra traza. Es por ahí.

Un pequeño jitu marca el desvío a tomar para encontrar la ladera del Babú.

El estrecho sendero avanza con paso firme, acercándose a las laderas para empezar a coger altura por ellas. La subida, algo peliaguda, tiene maravillosas vistas hacia la costa. Finalmente, a media ladera el sendero comienza a dibujar zigzags y –sin salirse de la traza marcada- con ese ritmo corona la primera cima del día: el pico Babú, a 918 metros de altura. Un alto discreto sobre la costa con estupendas vistas.

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Vistas hacia la costa de Colunga y de Lastres desde las alturas del Babú.

Desde los altos del Babú (oportunamente marcados con una inscripción en una piedra) lo que toca ahora es seguir la cresta, con el Pienzu como faro. Enseguida, tras unos pocos subes y bajas, se llega al pico Sellón, ya por encima de los 1000 metros. Seguido de él, tras otro paseo por la crestería, se corona el pico Duernes, 50 metros más alto que el anterior.

Pico Sellón, otro interesante alto por el que se pasa de camino al Pienzu desde el Babú.

Ya en el Duernes, para seguir avanzando toca perder un poco de altura antes de volver a encaramarse a la cuesta arriba para ganar pasos rumbo hacia la última ( y más señera) de las cimas de esta cresta: el picu Pienzu, a 1156 metros de altitud y con fantásticas vistas a la costa y a los Picos de Europa, además de estupendísimas visiones hacia míticos colosos de Ponga (como el Pierzu o el Tiatordos) o de Piloña (como el Vizcares).

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La cruz que corona el Pienzu es enorme. Las vistas que se abarcan desde esta cumbre, mucho más.

Tras disfrutar de la postal de cumbre hacia los cuatro puntos cardinales, toca comenzar a bajar: primero dibujando zigzags entre piedras salpicadas de verdes y luego ya por una pista forestal bien marcada.

Beluenzu, ya descensdiendo del Pienzu rumbo a la Biescona.

El siguiente punto señero es la collada Beluenzu, con guapas vistas, y ya vestida de alfombra verde y mullida. Un poco más abajo, sin abandonar el sendero que desciende, se recala en el Bustacu, mitica majada de estos lares que hay cruzar hacia abajo para encontrar el desvío que interna en la Biescona.

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Majada del Bustacu, un lugar muy especial de esta sierra desde el que se toma el desvío para entrar en la Biescona.

El punto en el que hay que desviarse se ve bien: esta marcado con un jito, pisado por mil huellas y abre un sendero de tierra que desciende en busca de una gran masa arbórea. Al principio, el estrecho camino serpentea por zona de árboles bajos, con predominio de brillantes acebos. Luego, gira lentamente y se adentra de lleno en la Biescona, plagada de enormes hayas y de una atmosfera de magia indescriptible y fascinante.

Descenso a través de la Biescona.

Todo lo que queda es bajar (la experiencia es más intensa si se hace en silencio) rodeando las hayas y los robles y saltando ejemplares ya gastados que yacen por el suelo, recubiertos de musgo. La vereda cruje al andar, la sombra baila y deja penetrar destellos de luz…el ruido callado que acompaña los pasos es como música. Este lugar semeja una catedral. Un rincón sacro que se recorre con respeto y asombro y que, a base de revueltas entre árboles y peñas, desemboca de nuevo en Pie de Potru, a pocos minutos del mar y del mirador del Fitu, lugar en el que se pone ya fin a una ruta intensa, distinta y llena de belleza por la sierra del Sueve.

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