De playa a playa: una senda costera entre la Isla y La Griega
Un recorrido a pie por acantilados, arenales y pueblos de Colunga en el que mar, historia y naturaleza se dan la mano. Un paseo senderista y playero lleno de encantos, salitre y buenas vistas
Hay rutas que no se recorren para conquistar enormes alturas ni para sentir adrenalina; se caminan simplemente para disfrutar. Esta es una de ellas. Un ... recorrido sencillo y accesible para cualquier senderista, que avanza pegado a la costa entre imponentes acantilados y vistas infinitas al mar.
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Datos de la ruta
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Tipo de ruta: Circular
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Dificultad: Fácil
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Distancia aproximada: 11,8 km
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Tiempo aproximado: 3h30 horas
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Desnivel aproximado: 109 m
Además, no se trata sólo de senderismo. Esta es una ruta que también puede ser parte de un día de esos de playa, de pies descalzos sobre la arena, chapuzón y hasta siesta en la toalla... y por si eso fuera poco, también puede ser una ruta para conocer la historia de Asturias, visitando en el camino pequeñas iglesias, trincheras de la guerra y hasta huellas de dinosaurio impresas desde hace siglos sobre las piedras.
El recorrido se extiende desde la playa de La Isla hasta la playa de La Griega, con ida y vuelta de unos 12 kilómetros, un desnivel total de 225 metros y una duración aproximada de 4 horas, aunque puede alargarse a un día completo disfrutando de los arenales o de la buena comida de los bares de la zona.
A medida que se avanza, la línea de costa se despliega ante los ojos, y al fondo se recorta la majestuosa silueta de la Sierra del Sueve, ofreciendo un contraste entre el azul del Cantábrico y el verde intenso de sus laderas. Es una ruta en la que cada paso invita a mirar, respirar y disfrutar del entorno: senderos que rozan la arena, acantilados que se asoman al mar y pequeños detalles del paisaje que solo se aprecian caminando despacio.
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En definitiva, que esta es una ruta para disfrutar de la costa asturiana: de sus pueblos con encanto, de la arena y el mar, de la historia que se conserva en las rocas y de rincones que parecen detenidos en el tiempo. Una ruta apta para toda la familia, que recarga las pilas, combina paisaje y ocio, y permite vivir un auténtico día de desconexión mientras se descubren las hermosas playas de Colunga.
Se partes de la Playa de la Isla, dejando atrás la arena húmeda y el rumor del mar para adentrarse en el pequeño pueblo. Muy pronto hay que desviarse ligeramente para visitar unas trincheras de la guerra, recuerdo silencioso de tiempos pasados que, además, regala unas vistas espectaculares de la costa.
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Tras la parada, se retoma el sendero PR pasando junto al albergue de peregrinos, desde donde hay que coger un camino que abraza la línea de costa.
Desde este tramo, el Sueve se recorta majestuoso en el horizonte mientras se atisba la silueta de Lastres contrastando con el azul del mar. La brisa trae aromas de salitre, arena,eucalpito y pino.
Más adelante, se llega a un cruce: hacia la derecha se va rumbo a la Playa de la Griega; hacia la izquierda, se acorta la ruta yendo hacia Huerres. Continuando por la derecha, se atraviesa ahora una zona boscosa para luego bajar rumbo a la zona de las Icnitas, las famosas huellas de dinosaurio que se pueden contemplar en los confines de la playa de la Griega.
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Estas marcas, impresas en la roca hace millones de años, son de las mayores que pueden verse en el mundo. Un cartel informativo nos ayuda a localizarlas y comprender su historia.
Dejando atrás a los gigantes prehistóricos, lo siguiente es caminar por la Playa de la Griega siguiendo la desembocadura del río Libardón. Así, se va a dar con un sendero que –por paisajes verdes y entre algunas casas dispersas- conduce hasta San Juan de Duz, pequeña aldea habitada por un centenar de vecinos en la que se puede admirar un palacio con capilla y escudo en la fachada, así como la imponente iglesia que domina el paisaje.
Desde aquí, la ruta avanza ahora por carretera, siguiendo un trazado cómodo y lleno de buen paisaje que culmina en el pequeño pueblo de Huerres.
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Aquí, en la plaza central, hay un pequeño bar ideal para un descanso. Luego, sólo queda tomar un camino entre fincas que parte muy cerca del bar y vuelve hasta la Playa de la Isla, completando un recorrido circular de unos 12 kilómetros y 225 metros de desnivel total.
En condiciones normales, la caminata se completa en unas cuatro horas, aunque el trayecto se puede alargar a un día completo si se quiere disfrutar de los arenales, darse varios chapuzones o degustar la gastronomía local en los bares y restaurantes que salpican la costa de Colunga.
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Quien quiera alargar la experiencia puede acercarse a la Playa de la Espasa, caminando la costa en el otro sentido para recorrer un tramo más de acantilados que pasa por varios chiringuitos playeros y otros arenales, perfectos para un baño o simplemente para sentarse a contemplar el mar.
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