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Aurora Hevia Roblón de Coya «Fuimos al lugar desde el que salió Dionisio la primera vez y pusimos una placa en su casa para entrar en 'modo Piragües'» ROBLÓN DE COYA

La trastienda de les Piragües, a toda máquina

Los grupos folklóricos que llenan de color el Descenso del Sella trabajan estos días sin descanso para que todo esté preparado el próximo sábado

Domingo, 30 de julio 2023, 01:51

Son el alma de Les Piragües. Sin ellos la competición deportiva internacional que revoluciona las aguas del Sella cada primer sábado de agosto no sería una de las fiestas más concurridas del verano asturiano. No llevan remos ni embarcaciones, lo suyo es navegar entre el gentío de la capital parraguesa repartiendo alegría y buen humor a manos llenas. Procedentes de distintos lugares y concejos de la comarca, a las peñas que participan en el desfile previo a la salida de la prueba les une su afán de pasárselo bien todos juntos y hacérselo pasar mejor a los demás. Ponen color -cada uno tiene el suyo propio- y folixa a una celebración que cuenta ya los días para arrancar. Ellos mismos nos cuentan cómo se preparan para el gran día.

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isabel Cardín y socios de la peña Botijos, de Cangas de Onís. pablo nosti

Los Tritones, de Piloña, son la decana de las peñas selleras. Creados por Dionisio de la Huerta en 1954 con el objetivo de animar el desfile de los palistas, su atributo principal son los tridentes de madera con los que despejan el río en la zona de salida de la competición. Tritones y tritonas comparten largas faldas deshilachadas así como coronas de laurel y collares selleros. Su chaleco es amarillo. Kevi Menéndez es su capitán desde muchos hace años y estos días revisa la fabricación de los tridentes en una carpintería del polígono de Lleu. «En el tren este año vamos 120 y luego en el desfile se irán uniendo unos cuantos más. En total seremos unos doscientos. ¿Novedades? Les justes, porque tampoco nos da para más y si algo ya funciona y a la gente-y gusta para qué vamos a complicarnos la vida», analiza. Menéndez se congratula de la recuperación del espíritu original de la fiesta que detecta en los últimos años: «Hubo un bache de identidad de les Piragües y ya antes de la pandemia se estaba dejando atrás para volver al ambiente sano y familiar de siempre. Cada año crece eso, ya el pasado fue espectacular y este seguro que se supera», augura. Su único desvelo en esta ocasión es el caudal del río: «Hay mucha sequía y podría ser un problema en un año donde la participación extranjera va a ser alta y de bastante nivel, pero por lo que hemos podido saber, con la suelta de la presa La Focica el agua va a estar garantizada. La folixa ya lo está yendo nosotros», sentencia el responsable de los Tritones.

Kevi Menéndez Tritones de Piloña «Cada año se recupera un poco más el ambiente sano y familiar que hubo siempre en esta fiesta»

Por orden de veteranía, Los Botijos de Cangas de Onís -los de este concejo van de chaleco verde-, ocupan el segundo lugar con más de cuatro décadas acudiendo a Arriondas. Isabel Cardín ha tomado el relevo de su marido, el recordado Pedro Olmo, 'Mole', y con el mismo empuje que él cultivó durante años, prepara ya la participación en el desfile, donde calcula que se reunirán unos trescientos botijeros. «Aquí no hay rivalidad entre peñas. Yo misma era tritona, me casé en Cangas y llevo ya más de veinticinco años yendo a les Piragües desde aquí. Fueron mi marido, Mole, y Belisario el de El Mirador de Arriondas los que recuperaron el espíritu festivo. Siempre llevamos alguna sorpresa, pero hasta el día antes no lo preparamos. Algo habrá para disfrutar de esta fiesta tan guapa», anuncia.

Aguas abajo, en la meta del Descenso, Jénifer Rodríguez, presidenta de la asociación Entáina Ribeseya, se muestra ilusionada ante una nueva edición del Sella en la que participarán con unos 280 integrantes desplazados en cinco autobuses. «Antes tenemos el Minisella, este miércoles, que es para nosotros el punto de salida, cuando ponemos ropa planchada y limpia a Pinón y Telva para sacarlos a pasear», revela sobre los icónicos gigantes que los acompañan y a los que este año se sumará Pinín. «Cada vez se anima más gente a ir a Arriondas y de todas las edades, es un ambiente sanu y guapu donde todos pueden disfrutar, también la juventud sin que esté mal visto», apunta la lideresa de los del chaleco rojo. Un clima que también se respira en la propia Ribadesella: «Se recuperó el desfile al llegar para animar las calles y lo que vemos es un ambiente muy variado, donde unos comen tranquilamente en una terraza y otros están de fiesta. Como debe ser».

Isabel Cardín Los Botijos de Cangas de Onís «Aquí no hay rivalidades. Yo misma era tritona, me casé en Cangues y aquí me quedé con los Botijos»

En la villa parraguesa, Los Selleros, los de azul, se disponen a ejercer de gozosos anfitriones para su gran día. Jorge González Suco, su presidente, lo confirma: «Estamos a tope ahora haciendo les candeles con llume que vamos a echar al río y que tuvieron tanto éxito. Para el desfile también tenemos alguna cosuca llamativa, pero guardamos el secreto», declara sobre una participación que es sin duda la más numerosa del cortejo festivo: «Somos mil doscientos socios, en el desfile guapamente iremos mil y los que se acoplen. Esperamos que siga igual de prestoso que en los últimos años, un ambiente mucho más sano que antes y solo falta que no llueva. Si orbaya tampoco pasa nada, refrescamos», sentencia.

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En las riberas del Piloña, otros imprescindibles del Sella, la asociación El Roblón de Coya, se entrenaban para la fiesta de Arriondas rindiendo homenaje al fundador del evento, Dionisio de la Huerta, y lo hacían con una excursión de sus miembros hasta la casa que el fundador tuvo en Coya. «Fuimos hasta el mismo lugar de donde salió Dionisio con su piragua la primera vez y le pusimos una placa en su casa. Nos pareció una buena forma de ponernos en 'modo Piragües', que ya están ahí», expresa Aurora Hevia, la presidenta. Llevarán un autobús y varios coches con unas setenta personas: «El nuestro es un grupo totalmente intergeneracional, van desde críos hasta gente con ochenta y tantos. Llevamos la comida para pasar el día en familia. Hay muy buen ambiente y esta es una fiesta única en Asturias, que nadie se lo pierda», avisa. Tomen nota.

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