Seguridad a la altura de Les Piragües

La singularidad del Sella es que desde el jueves previo hasta hoy domingo por Arriondas y Ribadesella pasan la práctica totalidad de unidades del instituto armado: patrullas de Seguridad Ciudadana de los puestos de Llanes, Arriondas, Cangas de Onís y Ribadesella; el Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona), Patrullas Fiscales Territoriales (PAFIF), el Grupo Rural de Seguridad (GRS) con base en León y Pontevedra, el Escuadrón de Caballería con sede en Valdemoro, la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (USECIC) de Asturias, el Grupo Especial de Desactivación de Explosivos (GEDEX), el Grupo de Apoyo a las Telecomunicaciones (GATI) de la Comandancia y de la Jefatura en Madrid, el Servicio Cinológico, la Unidad de Helicópteros de la Guardia Civil (UHEL) con base en La Morgal, otra aeronave del órgano central con base en Torrejón de Ardoz, Tráfico, el Grupo Especial Actividades Subacuáticas (GEAS), el Servicio Marítimo Provincial, el Servicio de Información, el Centro Operativo de Servicios (COS), la Policía Judicial, el Equipo Pegaso, dos RPAS (aeronaves pilotadas por control remoto) y dos sistema antidron, uno con base en Asturias y otro en el GRS de León.

Tal despliegue, que en sus orígenes bebía del organizado con motivo del Rocío, ha ido perfeccionándose a lo largo de los años y adaptándose a las necesidades de la propia cita. La novedad en esta 85 edición es el sistema de transmisión de imágenes tomadas desde el helicóptero Dolphin. Esa señal en directo puede ser visionada en los dispositivos móviles «enrolados», así como en el cuartel de Ribadesella, donde se centralizan todas las novedades e incidencias. Seguir lo que acontece a tiempo real en el río, la carretera N-634 y las vías del tren permite «anticiparse a los problemas» y «tomar decisiones más rápidas y eficaces». Desde el aire se confirma la percepción de que son menos los coches y más las motos en carretera, así como inferior la cantidad de espectadores en las riberas del río.

A bordo del Dolphin va además uno de los dos sistemas antidron. Hacer frente a la proliferación de esos dispositivos es precisamente uno de los cambios introducidos en los últimos años, pues fue en 2019 cuando se incorporaron dichos sistemas. Su estreno fue además en el Sella.

Junto a las nuevas amenazas, perviven las tradicionales. Presente sigue la detección de explosivos por parte de los GEAS en los puentes de Arriondas y Ribadesella, salida y meta de la competición y objetivos amenazados en tiempos de ETA. Intervención de Armas de Cangas de Onís se encarga por su parte de la revisión del cañón que da la salida. Pese a tratarse el disparo de una «simulación» mediante una «artificio de pirotecnia», el instituto armado debe «controlar el proceso».

Velar por el río es tarea del Greim, mientras que un vehículo del GRS corta el puente Emilio Llamedo mediante el sistema de «barreamiento» para «evitar el paso de kamikazes». A ello se suma la labor de la caballería, que lo despeja. El Seprona tiene entre sus cometidos revisar las vías del tren tanto en la mañana de la prueba como en la tarde previa. Una incidencia que con los años ha ido desapareciendo es la acampada junto a las vías, antaño frecuente y hoy desterrada. También las acampadas en el prau de San Juan y La Concordia son objeto de atención por parte de la Guardia Civil. A los perros 'Urko' y 'Lukas' correspondió la detección de explosivos en el paseo de la ría, mientras que, a la llegada del tren fluvial a Ribadesella, la Usecic «encapsuló» a las autoridades para conducirlas hasta la meta.

El balance en esta 85 edición es de un Sella «tranquilo», que contó entre sus principales incidencias con un detenido en un control en Arriondas, donde se le detectaron el jueves 400 gramos de hachís. Con los deberes hechos en el oriente, la Guardia Civil pone hoy rumbo al Xiringüelu de Pravia, la segunda de las fiestas más exigentes del verano en Asturias a nivel de seguridad.