«La ciencia no es aburrida, es muy sorprendente»
Clase magistral. La web de este diario ofrece un taller guiado por la científica Quimi para celebrar el Día de la Niña en la Ciencia
Actualmente, solo uno de cada tres investigadores es mujer y, por eso, es fundamental conmemorar hoy el Día Internacional de la Niña en la Ciencia. La web de este diario -con el apoyo de Gijón Impulsa y Caja Rural de Asturias- ofrece hasta el día 18 una clase magistral de la científica Quimi, también conocida como Ana María Fernández. En esta actividad, las más pequeñas de la casa (y también los más pequeños) podrán aprender que «la ciencia no es para nada aburrida, es muy sorprendente», tal y como cuenta Fernández durante el taller. «Es muy divertida y hace pensar», asegura, al tiempo que promete que «todos estamos en contacto con la ciencia desde que nos levantamos». Piensa Quimi, por ejemplo, «en la ducha» de por las mañanas o «en el viaje en coche hasta el cole».
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Por todas partes, hay mucha sabiduría y también muchas sabias, por eso la divulgadora insiste siempre en hablarles a los pequeños de algunas científicas sumamente relevantes como Rosa Menéndez. «Es asturiana y siempre dice que la ciencia no es un gasto, sino una inversión», asegura.
Con esa idea clara, Quimi anima a los chicos y chicas a dar rienda suelta a la investigación. «Si tenéis curiosidad, no dudéis en alimentarla», les lanza, al tiempo que les explica que la mejor manera de hacerlo es llevando siempre a mano un papel y un bolígrafo. «En una libreta, podemos ir tomando notas de todo lo que nos llame la atención».
Con esas lecciones asumidas, la divulgadora realiza en la clase magistral el primer experimento, denominado 'Secretos de la refracción'. En él, los chavales pueden «innovar en decoración, utilizando la ciencia». Con materiales que cualquiera tiene en su casa, pueden hacer un experimento que deja a más de uno boquiabierto.
Y después de limpiarlo todo -y siempre con ayuda de algún adulto- se pueden lanzar a por el segundo, presentado como 'El ArTe de Antocianina', en el que el elemento principal es una col morada. Por un rato, los niños y las niñas juegan a ser auténticos artistas, siguiendo los consejos de Quimi. Y ella aprovecha la ocasión y la alegría de los pequeños ante tanto descubrimiento, para recordarles que «la ciencia nos necesita» a todos y también a todas. Porque, cacharreando con distintos elementos, se logra lo más importante «que el cerebro no tenga arrugas», tal y como siempre decía la científica Margarita Salas.
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Ella fue un referente de su tiempo y del nuestro, igual que lo serán algún día algunas de las pequeñas que estos días están disfrutando de esta clase magistral porque todas aprenden con Quimi que «las niñas pueden ser lo que quieran ser: bioquímicas, veterinarias, físicas...», enumera y hace hincapié en ello: «Pensad que podéis y ya estaréis a medio camino».
El otro medio se recorre a base de trabajo, esfuerzos y referentes porque son fundamentales. «Hay muchas científicas que están más cerca de lo que pensamos», apunta y piensa, por ejemplo, «en el equipo de investigación de mujeres asturianas que trabajan en el Serida». De ellas alaba que «contribuyen a la conservación de animales en peligro de extinción como las razas autóctonas asturianas». Son mujeres «independientes que trabajan y que además se cuidan» porque también hay que tenerse en cuenta a una misma.
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Asimismo, hay chicas que lideran equipos con integrantes de ambos sexos y otras que son referentes y «podemos coincidir con ellas cualquier día». Son mujeres tan normales y tan extraordinarias como muchas otras, pero sobre todo son mujeres que, algún día, sintieron curiosidad, cogieron un lápiz y una libreta y empezaron a apuntar todo lo que veían.
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