Comienza la Cumbre del Clima: «Es el momento de imponer una nueva derrota a los negacionistas»
La primera sesión de la COP30 tuvo acercamientos para determinar cuál será el compromiso de cada nación para reducir emisiones y aportar fondos de adaptación a los más vulnerables
La Cumbre del Clima comenzó formalmente este lunes, con los primeros acercamientos para determinar cuál es la «ambición climática» que se quiere refrendar en esta ... edición de Belém, y en la que los 194 países participantes fijarán sus límites de emisiones, conocidos como Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC). La idea sigue siendo evitar superar los 1,5ºC con respecto a la era preindustrial, un compromiso suscrito en el Acuerdo de París y que no sólo está lejos de cumplirse sino que incluso algunos cálculos alertan que ya se ha alcanzado ese calentamiento global. En la sesión de apertura oficial, este lunes, el presidente anfitrión, Lula Da Silva mantuvo que «en la era de la desinformación, los oscurantistas rechazan no solo las evidencias de la ciencia, sino también los avances del multilateralismo. Controlan algoritmos, siembran el odio y difunden el miedo. Atacan a las instituciones, la ciencia y las universidades. Es el momento de imponer una nueva derrota a los negacionistas».
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Se refería, sin mencionarlo, al abandono del Acuerdo de París por parte de Estados Unidos, nada más comenzar la presidencia de Donald Trump. Pero tampoco asistió a la cumbre de jefes de Estado, que el brasileño convocó antes del comienzo oficial de la COP, el mandatario de China, Xi Jinping. Dos de los países más contaminantes del mundo. «Al ritmo actual, todavía vamos rumbo a un aumento superior a un grado y medio centígrado de la temperatura global. Romper esa barrera es un riesgo que no podemos correr», prosiguió Da Silva, que propuso a los países imponerse metas ambiciosas, garantizar el financiamiento para la adaptación, «superar la dependencia de los combustibles fósiles» y crear un «consejo del clima» que imponga una «nueva gobernanza global», con la gente en primer plano.
«El calentamiento global puede empujar a millones de personas hacia el hambre y la pobreza, haciendo retroceder décadas de avances», sostuvo Da Silva. «El impacto desproporcionado del cambio climático sobre mujeres, afrodescendientes, migrantes y grupos vulnerables se debe tener en cuenta en las políticas de adaptación».
A primera hora en Brasil, principios de la tarde en España, abrió la conferencia plenaria de inauguración de esta Conferencia de las Partes que se celebra en el corazón amazónico y que añade a los debates un fondo para la protección y reforestación de los bosques, propuesto por Brasil, que plantea cambiar el soporte comprometido con el ambiente por «inversiones». Otros puntos que se pondrán sobre la mesa de negociación, y en la que se espera avanzar en los días de la COP30, es la materialización de la promesa de que los países del «norte global» transfieran casi 300.000 millones de euros a los países del sur. Es decir, una redistribución de riqueza de los países ricos a los más pobres y cumplir los Objetivos Globales de Adaptación en las regiones más vulnerables.
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Mientras en Madrid una funambulista atravesaba la calle a 30 metros de altura delante de una pancarta de Greenpeace que decía «El planeta en la cuerda floja», en el marco de la primera jornada de la COP30, «crucial para medir el progreso y renovar la ambición», se hacían públicos los últimos datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) y el Servicio de Monitoreo de la Atmósfera de Copernicus (CAMS). «En la última década, las concentraciones de CO2 han aumentado más del 5%, alcanzando sus niveles anuales más altos jamás registrados», mantuvo Laurence Rouil, directora del CAMS. «Una década después del Acuerdo de París, el mundo está más caliente que nunca», ratificó Carlo Buontempo, director del Servicio de C3S. «Desde entonces, cada año se ha situado entre los diez más cálidos jamás registrados. Es evidente que el clima está cambiando a un ritmo sin precedentes para la humanidad».
Otros indicadores divulgados este lunes dan algo más de esperanza, como el último análisis de Naciones Unidas, divulgado ayer, en que se estima que los gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera disminuirán un 12% para 2035 con respecto a los niveles de 2019, frente a la estimación anterior del 10%.
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Ahora y después
Frente a los pronósticos catastróficos y matizaciones hacia la buena dirección, durante la sesión inaugural André Aranha Corrêa do Lago, presidente de la COP30 y diplomático de profesión, marcó los puntos de negociación clave para esta cita, como las contribuciones determinadas a nivel nacional y la «solución de la brecha entre la ambición de 1,5 grados», «las necesidades y circunstancias especiales de África» o cambio climático y salud -en la que la OMS está afinando un plan que presentará esta semana-.
También propuso el aplazamiento hasta la COP31 de los puntos relativos a las «finanzas y la financiación climática a largo plazo», «el objetivo mundial a largo plazo» y el análisis de los «progresos generales» de las Cumbres del Clima. Las siguientes COP, con sede aún sin decidir y a la espera de «garantizar una decisión oportuna», solicitó Aranha, será en Europa el próximo año y en África el siguiente.
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Escuchar el océano
En el plenario también se presentó el 'Informe del órgano subsidiario de asesoramiento científico y tecnológico', que analizó las sinergias de los océanos y su impacto en los objetivos de emisiones y se propuso «la integración de los océanos en todas las metas temáticas relevantes del Objetivo Global de Adaptación, para que «reflejen la integridad, la conectividad y la resiliencia de los ecosistemas» (lo que) «puede reducir la duplicación y maximizar el impacto», mantuvo Ulrike Lenartz, 'cofacilitador' de las conclusiones. Además, «la financiación azul debe estar a la altura de la ambición que solicitamos a las partes en sus nuevas NDC».
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