«Ha sido demasiado doloroso no poder despedirnos»
La periodista Irene Sánchez ha perdido a su abuela enferma de coronavirus. «En Asturias mi tata florecía»
ANA RANERA
gijón.
Martes, 5 de mayo 2020, 02:43
«Cuando mi tata ya no recordaba nada, cantaba el himno de Asturias», contaba, emocionada, la periodista de Telemundo, Irene Sánchez. Su abuela, María Teresa Llano, padecía Alzheimer desde hacía demasiados años, «diez desde que la diagnosticaron», pero, aunque hacía ya tiempo que su alma no estaba, no merecía este final. «Es muy mala suerte que se haya ido ahora, enferma de coronavirus, no pudimos despedirnos y no saber nada es muy triste», decía Irene.
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Pese a que María Teresa llevaba viviendo en Madrid desde su adolescencia, sus raíces se mantuvieron siempre firmes en su Tresmonte natal, una pequeña aldea riosellana. «Llevaba Asturias en la sangre, nunca se olvidaba de ella ni de sus aventuras por los praos. Allí mi tata florecía».
Aún recuerda Irene cuando, siendo ella una niña, su abuela le enseñó todos aquellos rincones que marcaron su infancia. «Nos llevó a conocer su escuela, los sitios donde pasaba ella las tardes, el hórreo y el molino. No podía ser más asturiana». Tanto que, pese a que Irene solo se ha dejado caer por la región en contadas ocasiones, siente que la tierrina también es su hogar, hasta el punto de que su hijo se llama Pelayo, «no podía ser de otra manera», apuntaba, bromeando.
Cuando viviendo en Madrid, María Teresa se cruzaba con algún asturiano, empezaba una conversación que le cambiaba, repentinamente, el acento y la hacía volver a sentirse caleyando entre hermanas y vecinas felices, pese a los tiempos que corrían ajenos a ellas. «Le salía de pronto el asturiano».
María Teresa Llano no hubiera podido sentirse más orgullosa al ver brotar en su familia con tanta fuerza sus raíces asturianas. Esas que hicieron que cuando su presente se hizo olvidadizo, su pasado se estableció en su día a día y si los suyos no sabían qué decirle para que el brillo volviera, por un rato, a su mirada, entonaban el 'Asturias patria querida' y entonces su alma volvía a la vida con un rotundo «Asturias de mis amores».
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María Teresa Llano se ha ido «de alma», aunque su recuerdo quedará siempre en sus hijos, nietos y biznietos que prometen ya volver «cuando todo pase» a recorrer Tresmonte para recordar los días de infancia en los que la tata hacía de aquellos praos, hogar. Volverán para celebrar la romería de San Agustín, para recorrer Parres, Ribadesella y Llanes. Para escuchar las gaitas sonando en directo y para que Pelayo camine la tierrina que lleva también en su sangre y conozca aquellos escenarios donde en 1937 nació una mujer que inundó de asturianía el Madrid que la acogió cuando tuvo que dejar atrás sus mejores días.
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