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Viernes, 4 de octubre 2019, 11:48
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Un juez de Vigo ha considerado en una sentencia que la conversación mantenida entre una inquilina y la propietaria del piso que alquiló, es un contrato válido de arrendamiento. Ambas mantuvieron una negociación a través de WhatsApp y accedieron a alquilar la vivienda. Cuatro meses después, la inquilina dejó de pagar y alegó que no había ningún contrato entre ellas.
La propietaria lo denunció y presentó al juez toda la conversación mantenida a través de la aplicación. Este, ha considerado que la conversación es un contrato y ha condenado a la inquilina a pagar los cuatro meses que debía y a abandonar la vivienda.
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