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Pablo Celis, el 'bombero torero' original.

El Bombero Torero, en Gijón

Pablo Celis, creador del espectáculo cómico de origen cántabro, actuó unos días en la ciudad tras una exitosa gira por América

Domingo, 28 de mayo 2023, 02:03

1948. Hace 75 años.

No sabemos si el más ilustre pero, desde luego, el más famoso de los pasajeros que hace estos días 75 años desembarcaron en el puerto gijonés, procedentes de América Central, era Pablo Celis. Por ese nombre es probable que no diga nada ni a los lectores de hoy ni a los de entonces. Pero sí si decimos que Celis, cántabro de nacimiento y madrileño de adopción, fue el creador del espectáculo 'El Bombero Torero'. Dice la Real Academia de la Historia que eso ocurrió en 1953, pero ahí que viene EL COMERCIO para desmentirlo, porque ya un lustro antes lo presentábamos de tal forma. «El Bombero Torero y su cuadrilla», decíamos, «descansarán breves días en Gijón», tras desembarcar del vapor 'Portugal' en el puerto exterior, «y seguidamente emprenderán viaje a Madrid».

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Venían los artistas cómicos de actuar en Venezuela, Colombia y Cuba, «donde fueron aclamados con entusiasmo no solo por la colonia española sino por los naturales del país». Allí habían obtenido notables éxitos, según nos contaron. Dijeron, por ejemplo, «que venían satisfechísimos de su turné por tierras americanas, en donde fueron recibidos y aclamados y su mayor deseo es poder presentarse nuevamente a la afición gijonesa, para la que guarda muchos afectos». Pero sería en otro momento, porque ahora lo que tocaba era descansar... y divertirse. «¡No faltaré a ese acto!», cuentan que exclamó Celis, entusiasmado, al enterarse de que su estancia en Gijón coincidiría con una velada de boxeo en el Continental, a beneficio del Montepío de la Asociación de la Prensa.

Aficionado al boxeo

Se desvelaba así en nuestra tierra, como un gran aficionado al pugilismo, Celis, a quien su carrera deparaba aún trece años de éxitos. Arrancaba la época dorada de su espectáculo (que no surgió en 1953, pero sí que incluyó, por primera vez ese año, personas con acondroplasia en el show), antes de ceder el testigo a su hijo, en 1961. Para nosotros, en 1948, «añadió un elogio de Aurelio Díaz y de la mayoría de los boxeadores al conocer el programa de dichas luchas», las del Continental. Él también, prometió, actuaría a favor del Montepío en Gijón. Algún día.

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